La Fórmula 1 regresa a América, continente en el que se disputarán las próximas tres pruebas del calendario, después de la gira asiática. La primera parada es el GP de Estados Unidos, con sede en Austin, en el estado de Texas.

El finlandés Kimi Räikkönen ha asegurado que es un gran circuito, en el que el diseño de algunas de sus zonas recuerdan a míticas pistas de la historia de la F1. Además, cuenta con numerosas subidas y bajadas, lo que lo hace atractivo tanto para pilotos como aficionados.

Es un buen circuito. Hicieron un buen diseño con él, además de que tiene secciones de subida y no es sólo plano. Creo que lo hace más interesante. El año pasado tuvimos un muy mal tiempo durante la mayor parte del fin de semana. No fue agradable para ninguno de nosotros, los pilotos y los espectadores, pero es parte del juego”, ha comentado el finés.

Antes de este trazado, EE.UU. acogió la F1 hasta en nueve circuitos distintos, entre los que destacan el conocido Indianápolis; el circuito de Long Beach o el de Phoenix. Desde 2012, la F1 tiene su sede en Austin, una “ciudad bonita y un lugar agradable para el GP”, según Räikkönen.

Obviamente, es posible adelantar durante la carrera pero es suficiente una pequeña cuesta arriba para esto. Esto ayuda a reducir la velocidad del coche y frenar, pero la curva no es la más fácil. Sin embargo, es un buen circuito para hacer una carrera emocionante”, ha concluido el campeón del mundo de 2007.