Las normas están para cumplirlas. Es un hecho impepinable. Cuando se aplica la normativa, no hay queja posible. Si hay más espacio para la protesta, cuando la normativa se aplica de forma arbitraria, sin consistencia. Eso deja una sensación de vacío, de injusticia. Y es precisamente la bandera de la FIA, la inconsistencia al aplicar sus propias normas.

Que Verstappen en un exceso de optimismo saca los cuatro neumáticos por el interior de la pista, un interior que sin sentido alguno está completamente asfaltado, no admite discusión. Si la admite el hecho de que durante todo el fin de semana se ha hecho uso indiscriminado de más allá de los límites de la pista, y la FIA solo ha actuado en un único caso. O mejor dicho, admite discusión los motivos que ha llevado a la FIA a actuar en este caso y no en ningún otro.

Tal y como explicó Lauda, sin intereses ni en Red Bull ni en Ferrari, se había pedido, o mejor dicho, se había llegado al acuerdo junto a la FIA de no no sancionar este tipo de acciones, sancionar únicamente los adelantamientos peligrosos y no incidir en si ha recortado dos o cuatro centímetros la pista

La sanción, que llegó en tiempo record con la carrera ya concluida y con los pilotos esperando en el antepodio, cortó la fiesta. En el país del show, donde un equipo tramposo puede ganar la carrera, ser sancionado y no perder la victoria, no se entendió. Una sanción polémica cortó la maniobra que había animado el final de carrera. Silencio en el antepodio, silencio en las gradas, silencio en las cabinas de retransmisión. Un final inmerecido para un gran espectáculo.

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Hamilton logró la pole position abusando del exterior de la pista. Vettel adelanta a Hamilton en la salida y se va automáticamente fuera de pista en la primera curva. Sainz corta la pista en el mismo punto que Verstappen luchando con Pérez y como se va por fuera tras adelantarlo. El propio Verstappen afirma que Bottas se fue fuera de la pista defendiéndose, lo que retrasó el adelantamiento. Pero solo hubo una sanción.

Los comisarios no han sido ajenos a las graves críticas que han recibido de forma indiscriminada. De partes interesadas, como Horner o del propio Verstappen o de algunas que no lo están, como la comentada de Lauda o decenas de periodistas. Entre ellos, Mika Salo, que ha usado Instagram para defenderse y justificar su decisión, ya que era uno de los comisarios del Gran Premio de Estados Unidos. Con el hashtag 'shortcut', ha mostrado el corte de vídeo del adelantamiento de Verstappen.

Una forma torpe de dar un paso adelante y reafirmarse en la decisión, como si hubiera llevado la voz cantante, como si hubiera sido el precursor de una sanción que no hace más que añadir ocultismo a la situación, pues el beneficiado no fue otro que un viejo amigo del finlandés, Kimi Raikkonen. A los comisarios que se tragaron cómo Sergio Pérez atajó en la salida de Singapur para ganar posiciones, no se les escapó en tiempo record como Max Verstappen había sacado las cuatro ruedas de la pista por centímetros. Los mismos que deciden que no merece ni investigación que Magnussen golpee a Wehrlein en la primera curva y le deje fuera de carrera, sí creyeron necesario cambiar el resultado final de carrera.

Fantástico show que acabó en 'gatillazo'.