La decisión de Sauber de montar motores Ferrari 2016 en un año con un cambio de normativa tan importante y al eliminarse el sistema de ‘tokens’ fue incomprensible para muchos. El equipo suizo se cubrió las espaldas confiando en que contar con una unidad de potencia conocida les diera una ventaja en cuanto a fiabilidad con respecto a los nuevos motores, pero se han encontrado con que las unidades de 2017 son más fiables de lo que se esperaban. Y no solo eso, sino que también están teniendo problemas con sus propios motores.

Sauber llegó a Rusia con unidades nuevas tanto para Pascal Wehrlein como para Marcus Ericsson con el objetivo de intentar cubrir el déficit de potencia en un circuito tan exigente con los motores como es el trazado de Sochi. Pero los de Hinwil se encontraron un problema en la unidad de Ericsson durante la tercera sesión de libres que hacía que el sistema no funcionara correctamente. El equipo, con el tiempo justo antes de la clasificación, decidió cambiar la ECU del motor pero no fue suficiente para solucionar el fallo por completo. El problema siguió en la clasificación y, aunque Ericsson pudo clasificar, el motor estaba falto de potencia.

Aunque parece que Sauber pudo centrarse en la mejora de su chasis y la distancia con el resto de la parrilla no es tan grande como se esperaba, el equipo se está encontrando más dificultades de las que se imaginaban en el área del motor. Es muy probable que, conforme vaya avanzando la temporada y los fabricantes vayan introduciendo mejoras, la estructura suiza se quede cada vez más atrás. Sauber tendrá un nuevo motorista en 2018 tras romper su relación con Ferrari y los rumores apuntan a que Honda sería el suministrador elegido.