El circuito de Shanghái es muy exigente con los neumáticos. Las fuerzas laterales que actúan sobre ellos son muy altas y se espera que se experimente más degradación en el neumático delantero izquierdo, especialmente motivado por el radio de giro de la curva 2 y el peraltado de la curva 13.

Los neumáticos traseros también podrían presentar degradación. Debido a sus dos largas rectas y a sus muchas curvas, se debe contar con una carga aerodinámica media, pero también un alto porcentaje de la pista es muy revirado y técnico. Para todos los equipos y sus pilotos, buscar la mejor puesta a punto del monoplaza será todo reto.