Tiempos complicados en Renault Sport F1 Team. Una de las grandes apuestas del equipo no está rindiendo como se esperaba de él. Jolyon Palmer llegó de una manera poco convencional a Renault. En el peor momento del extinto equipo Lotus F1 Team dirigido por Gerard López y Federico Gastaldi, se subastó el asiento de la próxima temporada.
Se hizo a sabiendas de que el equipo iba a ser traspasado a Renault, con el único fin y petición empresa de que el piloto entregara el dinero ya. Jolyon Palmer, que llevaba corriendo GP2 desde 2011, ganó la edición de 2014 y había pasado un año completo paseándose por el paddock con ropa de Lotus, y fue precisamente él el que aceptó el trato.
Palmer pagó la cantidad y cerró un acuerdo beneficioso para él, de tal forma que si los nuevos propietarios querían rescindir su contrato, recuperaría la cantidad pagada. Ocurriese lo que ocurriese, el piloto salía ganando. Tal y como estaba escrito en el guion, Renault absorbió el equipo Lotus y regresó a una estructura oficial.
Al tratarse de un nuevo proyecto a medio y largo plazo, Renault no vio en los pilotos una urgencia, y aceptó la presencia de Palmer. La temporada no fue excesivamente buena para el fabricante francés y Palmer finalizó la temporada con un solo punto, al igual que Wehrlein y su Manor. El rendimiento de Palmer no fue bueno, tapado por un vehículo con carencias.
Renault luchó para hacerse con los servicios de un piloto de garantías para la presente temporada 2017. Tanteó a pilotos como Carlos Sainz o Sergio Pérez para firmar definitivamente a Nico Hülkenberg. Y mientras el paddock esperaba el anuncio de un segundo piloto, con muchas miradas puestas sobre el francés Esteban Ocon o incluso el retorno de Jean Éric Vergne, el director de Renault F1, Cyril Abiteboul apostó y defendió a capa y espada la continuidad de Joylon Palmer.
Y la apuesta no ha podido salir peor. Palmer no solo ha carecido de la velocidad de su compañero de equipo desde el primer momento, sino que además se ha aficionado a accidentarse, ocasionando cuantiosos daños materiales para el equipo. Así mientras Nico Hülkenberg ha respondido y ya ha conseguido 18 puntos por los 8 que consiguió el equipo en 2016, Palmer no lo ha hecho. Extremadamente lento e inconstante es el único piloto que no ha puntuado junto a los dos McLaren y el Sauber de Ericsson.
La comparación con su compañero de equipo es hiriente, de las que hacen viudas. Suficiente para que en un equipo oficial le hubieran bajado del vehículo. Sin embargo, el hecho de que Abiteboul se convirtiera en su valedor le está dando quizás más crédito del que merece. Eso, y que Renault no tiene ningún piloto emergente empujando, pues aunque Sirotkin o Latifi estén ligados al equipo, no son vistos como futuros pilotos de fábrica.
Este ha sido principalmente uno de los motivos por el que han crecido tanto el los últimos días los rumores (y peticiones) del regreso de Robert Kubica. Pues ya que si el coche no va a estar a la altura de Hulkenberg, mejor probar que podría dar de sí un piloto querido como es el caso del polaco.
Al término del Gran Premio de Canadá, Abiteboul fue algo crítico con Palmer, instándole a mejorar, especialmente en clasificación, lo que algunos interpretaron como el comienzo del fin de la relación entre Palmer y Abiteboul. Ya con la sangre más fría, Abiteboul matizó añadiendo que si bien ellos habían respondido haciendo un vehículo fiable, ahora le tocaba a Palmer replicar, pero siempre huyendo de la amenaza.
De lo que no hay ninguna deuda, es que una década atrás Palmer ya habría sido sustituido por algún piloto, quizás por un talento prometedor o quizás por un consagrado veterano, pero sustituido. Nadie sabe qué pasará hasta final de temporada, pero a cada prueba que pasa, la paciencia del equipo se agota y la rescisión de contrato es más barata y asequible.
