De origen británico, Kenneth ‘Ken’ Tyrrell nació el 3 de mayo de 1924 en East Horsley, Surrey, Inglaterra. La histórica figura de la Fórmula 1 tuvo una infancia complicada ya que se vio obligado a dejar los estudios prematuramente por falta de dinero en familia. Desde pequeño, su pasión era el fútbol y su sueño era alistarse a la 'British Royal Air Force', pero siempre lo rechazaron por falta de estudios. Hasta que, en 1939, con la declaración de la Segunda Guerra Mundial bajaron los niveles de exigencia para el acceso a esta división militar, permitiéndole conseguir su sueño. Tras finalizar el conflicto volvió a su patria y levantó un aserradero junto con su hermano Bret.

Aunque parezca mentira, su pasión por el automovilismo brotó de su afición al fútbol. El equipo de su pueblo, en el que jugaba, organizó una excursión al circuito de Silverstone, en 1951, desde entonces, sintió que había nacido para ese mundo. Fue así, que a los 27 años, debutó como piloto en la F-3 con un Cooper 500 c.c.. Aunque más tarde descubrió que dirigir se le daba mejor que conducir, por ello, se convirtió en 1959, jefe de la escudería Cooper de Fórmula Junior y más tarde en suplente de un lesionado John Cooper en su equipo de F1. Un año después, esta misma escudería, absorbió la Tyrrell Racing Organization y en 1964 cambió desde la F3 a la F2 para hacer correr coches de BRM.

Desde entonces, Tyrrel, se ganó el seudónimo de 'Tío', ya que empezó a ayudar a jóvenes promesas como John Surtees y Jackie Stewart. Cuatro años después, En 1968, debutó en la F1 con Matra internacional, pero no fue hasta el año siguiente, a raíz de una gran inyección de dinero por parte de la firma petrolera Elf, que se consolidó en la categoría máxima. Ya en Fórmula 1, fue el responsable del descubrimiento de grandes pilotos como Jody Scheckter, Ronnie Peterson y Patrick Depailler, etc. Pero fue con Jackie Stewart, en el campeonato de 1970, con su Tyrrell 01-Ford diseñado por Derek Gardner, con el que afrontó la competición con un monoplaza fabricado por el mismo. En 1971, la escudería inglesa implementó por primera vez una toma dinámica de admisión elevada en el Tyrrell 003 de Jackie, con lo que arrasó en el campeonato.

Los éxitos no se detuvieron y los bólidos azules de Ken no se bajaron del podio de constructores en los siguientes años ganando de nuevo el título de pilotos en 1973 de nuevo con Stewart. En este año, el magnate británico, iba a encajar dos duros golpes en su vida que no le dejarían ser el mismo en adelante. El primero, fue la dimisión del escocés ya con el título bajo el brazo. Pero lo más grave fue la muerte del delfín de Stewart, Francois Cevert, en el Gran Premio de Estados Unidos. El talentoso piloto francés era el heredero designado del tricampeón escocés pero la tragedia se interpuso ante el brillante futuro que se le adivinaba.

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Jody Scheckter con el Tyrrell P34 consiguió la segunda plaza en el GP de Mónaco de 1976

Después de la tragedia, gran parte de la fama de la escuadra se edificó en 1976 con el nacimiento del P34 de seis ruedas, una idea del diseñador Derek Gardner que consistía en dar más estabilidad al bólido en las curvas por medio de la introducción de dos ejes delanteros direccionales. Pero el exceso de peso y la falta de interés de Goodyear en desarrollar los neumáticos que necesitaba este modelo fue lo que cercenó su desarrollo.

En 1979, Tyrrell firmó su declive en la F1 tras rechazar la invitación de Elf para fusionarse con Renault. A raíz de ello, se quedó sin patrocinio, aunque se mantuvo en la F1 ya que conservaba su buen ojo para los fichajes, lo que demostró con Michael Alboreto y Martin Brundle. Pero, el “tío Ken” entraba en una década de cambios en que el dinero importaba más que el talento y su escudería ya no tenía los medios para la compra de motores a la altura de sus competidores. En los 90, la escudería pasó a control de sus hijos y en 1999 fue vendida y convertida en British American Racing. Tras una vida dedicada a la F1, Kenneth Tyrrell, falleció en 2001 a raíz de un cáncer estomacal.