El éxito y la fama no le vienen de cuna al hábil multimillonario, si no que sus inicios laborales como instructor de esquí y hostelero demostraron ser humildes y obligado a asumirlos a edad muy temprana. Fue a raíz de trabajar en la bolsa, a principios de los años 70, cuando empezó a subir en la escala social justo tras conocer a Luciano Benetton, quien lo impulsó en 1979 a dirigir las operaciones del grupo "United Colors of Benetton" para América. Diez años después de trabajar para la marca, el grupo textil poseía alrededor de doscientas franquicias por todo el continente americano, con lo que Briatore perdió el interés por ese trabajo.

Ese momento fue su punto de inflexión para adentrarse en el mundo de la Fórmula 1, cuando en 1990 pasó a ser director comercial el equipo "Toleman", tras ser adquirido en 1985 por el grupo Benetton y renombrándose Benetton Formula. Briatore saneó el equipo, fichó a Michael Schumacher, quien le dio un exitoso resultado en 1994 y 1995 ganando el Campeonato del Mundo para él. Desafortunadamente, tanto el piloto alemán como algunos grandes ingenieros de su equipo se mudaron, para 1996, a Ferrari lo que se demostró un hecho francamente negativo para su equipo.

Tras un año en sordina en su paso por la Fórmula 1, en 1997 Briatore se asoció con Renault para llevar a cabo la fabricación de motores para distintos equipos. En el 2000, Renault adquirió Benetton, y en 2002, el magnate italiano se posicionó como director general de Renault F1 Team para, finalmente, introducir a Fernando Alonso en el equipo en 2003, quien le brindó dos grandes victorias consecutivas como Campeón del Mundo en 2005 y 2006. Finalmente, tras ser sancionado por la FIA, Briatore abandona la F1 en 2009.

Actualmente, se dedica a cultivar sus inversiones por Oriente Medio y a disfrutar de su relación con la joven y bella presentadora italiana Elisabetta Gregoraci, con quien tuvo un hijo en 2010. Aunque, no es la primera vez que se le relaciona con chicas más jóvenes y de notable atractivo. En su envidiable currículum constan nombres como el de Naomi Campbell y Heidi Michel.

Estas lineas no pretenden ser un relato exhaustivo del personaje en cuestión si no un inicio para que cada lector nos pueda comentar aquello que, a su juicio, no hemos dicho y se podría decir. Disparen.