Si Jolyon Palmer aspiraba a convencer al equipo Williams de que era merecedor de un asiento en el equipo británico para la próxima temporada, tras la exhibición en el Gran Premio de Malasia, se podría ir despidiendo.

Al margen de una salida nefasta que le retrasó en el pelotón, el Renault gozó de buen ritmo, lo que le permitió ir escalando posiciones. Al menos, hasta que el británico sufrió un primer trompo. Al recuperarse del trompo, Palmer quedó emparejado con el Haas de Magnussen, al que intentó disputar la posición a pesar de la presencia del líder de carrera, Max Verstappen, que le acababa de doblar.

Palmer, por el interior, retrasó la frenada al máximo, perdiendo el control del vehículo y pasando a centímetros de Max Verstappen en un nuevo trompo, que sí acabó impactando levemente con el propio Kevin Magnussen, que sufrió daños leves. El propio danés comentó por radio “Qué pu** lunático”, en referencia a Palmer.

Palmer, quien culpó al viento de su primer trompo, completa una nueva actuación nefasta, quizás solo superada por aquella de China con trompo bajo coche de seguridad, y pone realmente las cosas difíciles a sus defensores.