Dietrich Mateschitz, propietario de Red Bull, planea seguir contando con los empleados tanto de Toro Rosso como de su hermana mayor, en medio de un temor cada vez más sólido de que la marca de la bebida energética abandone la Fórmula 1 a final de año.

Se entiende que Mateschitz ha dado garantías provisionales a los más de 1.000 miembros de personal que trabajan para sus dos equipos de reubicarlos en otros proyectos, así, el multimillonario dueño de Red Bull, espera salvar los puestos de trabajo de sus trabajadores si finalmente, como se viene apuntando, decide sacar a sus dos equipos del Gran Circo. Un abandono de la competición que, según Adrian Newey, estaría provocado por el "miedo" de sus rivales.

Cerca de 850 personas trabajan en la fábrica de Red Bull en Milton Keynes, mientras que otros 350 lo están haciendo para Toro Rosso, el equipo filial, en Faenza, al norte de Italia. Mateschitz ha adoptado una estrategia de alto riesgo al criticar públicamente a Renault, su actual socio y suministrador de motores, al tiempo que pide a Mercedes o Ferrari que proporcione a su equipo motores de cara al próximo año.

Mercedes ya ha dicho que no, mientras que los de Maranello se muestran reacios a ser parte de la solución para Red Bull. De acuerdo con Newey, uno de los más grandes diseñadores que tiene este deporte, tanto Mercedes como Ferrari tienen miedo de lo que él y su equipo podrían hacer con uno de sus motores. Aunque Bernie Ecclestone aseguró en Rusia que todo estaba solucionado, el jefe de la escudería de las bebidas energéticas, Christian Horner no opina lo mismo.

Jean Todt, el presidente de la FIA, ni siquiera estuvo presente en Sochi y fue muy criticado por no tratar de negociar un acuerdo mientras que Newey pidió a los jefes del deporte que ayuden a resolver la crisis. Se celebrará una reunión entre los fabricantes de motores y la FIA este jueves, pero no se espera en principio que se llegue a una solución. "Estamos posiblemente siendo forzados a salir de la Fórmula 1. Mercedes y Ferrari se han negado a suministrarnos motores por miedo", comenta Newey para la agencia de noticias Reuters.

"Red Bull no debe estar en una posición en la que sólo estén en la F1 para hacer bulto. Ellos [Mercedes y Ferrari] están preocupados por si les vencemos con su propio motor", explica el diseñador británico. "Dentro del reglamento, los motores se podrían equilibrar un poco y saber que hay al menos un rendimiento parecido entre ellos, pero la FIA no ha querido hacer esto. Si se trata de un dos por ciento por detrás entonces está bien, pero cuando es un diez por ciento lo que se está por detrás es un hueco demasiado grande" finalizó Newey.