Difusores soplados aparte, el reglamento permanece prácticamente sin cambios en 2012, pero Newey ha anticipado que "el RB8 del próximo año sorprenderá a todos", según apuntó el corresponsal Heikki Kulta del diario Turun Sanomat. Sobre qué será tan sorprendente, él replicó que si lo desvelaba "ahora ya no sería una sorpresa".

Incluso el jefe del equipo, Christian Horner, parece saber muy poco sobre el Red Bull de 2012. "Hasta ahora él (Newey) solo me ha contado que va a ser azul", bromeó en unas palabras recogidas por Die Presse,

Por su parte, el asesor técnico del equipo, Helmut Marko, señaló esta semana en unas declaraciones al canal Servus TV que el RB7 incorporará algunas partes nuevas este fin de semana en Japón. "Lo que aprendemos puede usarse para el nuevo coche en 2012", explicó Marko. "Queremos volver con una ventaja clara para la primera carrera de la temporada".

Pero antes de que todos los focos se dirijan a 2012, Red Bull y Sebastian Vettel tienen que cerrar matemáticamente sus triunfos de 2011, y Newey insiste en que no hay celebración todavía. "Aún no hemos ganado nada", indicó el británico antes de llegar a Suzuka, donde Vettel necesita solo un punto para asegurarse su segundo título mundial.

Horner, sin embargo, cree que la carrera de Japón no será un paseo para el equipo. "No vamos a por un punto, sino a por 43 (los máximos posibles)", aseguró en unas manifestaciones que recoge el Kleine Zeitung.

Respecto al futuro, Horner reiteró que puede vivir aguantando las constantes acusaciones a Red Bull en torno a su interpretación del reglamento y a los acuerdos financieros. "Nos lo tomamos como un cumplido”, señaló. “Hemos demostrado que lo que hemos conseguido no fue casualidad. Ferrari y McLaren fueron enemigos declarados durante veinte años; ahora están unidos contra nosotros".