Adrian Newey ha hablado sobre la evolución de las regulaciones y la progresivo falta de libertad de los equipos e ingenieros. Así, Newey cree que una de las decisiones que definió la historia moderna de la Fórmula 1 fue una especie de castigo para aquellos con más poder en la toma de decisiones en el Gran Circo, en referencia al doble difusor trasero de Brawn de 2009.

"El coche de 2009 sufrió cambios importantes por las regulaciones y hubo un debate sobre el doble difusor porque había que decidir si era legal o si era una decisión técnica fuera de las normas. No se llevó a cabo por el hecho de que Max Mosley quiso dar una lección a Ferrari y McLaren", declara Newey en su entrevista para la publicación Motorsport.com. "Y como ellos no tenían doble difusor, Mosley aseguró que era legal, porque tanto Ferrari como McLaren esperaban que no lo fuera", agrega.

Newey afirma que otros equipos, como Red Bull, tuvieron que repensar su coche cuando esa decisión se tomó, al igual que Ferrari y McLaren. "Deasofrtunadamente nosotros no teníamos el doble difusor, pero Red Bull pudo recuperarse y fue gracias al RB5 que construimos nuestros coches campeones", asegura el británico.

El ex ingeniero jefe de Red Bull considera que las regulaciones de F1, cada vez más restrictivas, evitan que las ideas revolucionarias, como el doble difusor, tengan cabida. "Creo que disfrutaba más con la variedad de cambios. Si echas la vista atrás a los 70s, verdaderamente la prioridad era el efecto suelo, y al final de la década ya había mucha variedad del mismo sistema. Obviamente, el deseo era tener ideas diferentes, pero no teníamos las herramientas para realmente entender qué estábamos haciendo. Así que a veces funcionaba, y otras no. Pero era genial tener esa libertad y era frustrante cuando no entendías la situación", analizaba un Newey melancólico.

"Ahora es al revés, porque tienes gran cantidad de recursos en aspectos de números de ingenieros, herramientas de simulación, túneles de viento, etc., así que hay un buen nivel de entendimiento, pero las regulaciones son demasiado estrictas y es difícil poder hacer algo diferente", concluye.