Al técnico de Red Bull, Adrian Newey, le preocupan que los planes de cerrar el diseño de las unidad de potencia los próximos años resulten en que un único coche tenga siempre la ventaja. Si eso pasa, el diseñador sugiere que los fabricantes que están por detrás de sus rivales pueden escoger darle la espalda al deporte.

"Las actuales reglas están orientadas a los motores. Quizás en los próximos años eso se cambie. No me parece que ahora estemos en una buena situación. Las normas necesitan ser repensadas en mi opinión", expone Newey, cuyo equipo sufrió problemas motores a principios de temporada, de la mano de Renault.

Los fabricantes de motores de la F1 tuvieron que homologar los diseños de sus unidades de potencia a principios de este año, y solo han podido hacer modificaciones en aspectos de fiabilidad. De todos modos, este invierno, las reglas han permitido a los fabricantes rediseñar ciertas partes de su unidad de potencia para asegurar que están en mejor forma para competir en 2015.

"Existe un grave peligro si se congela el tipo de unidad de potencia en los próximos 18 meses porque no está claro lo que pasará si un fabricante le saca ventaja a los demás. Si esa ventaja sigue incluso más, en cuyo caso ¿el resto de nosotros nos retiramos?", añadió.

En los próximos años, y aquí yace la principal preocupación de Newey, cada vez se cerrará la modificación de más componentes, lo que significa que habrá menos posibilidades de que el fabricante pueda alcanzar a su rival. En el caso de la congelación anterior de los motores V8, ésta funcionó bien porque había poca diferencia de rendimiento entre las unidades de potencia en el momento de su homologación.