El año que viene la Fórmula 1 rugirá al son de los V6 turbo. El coste de fabricar estos nuevos motores trae de cabeza a los constructores más pequeños, que tendrán que asumir nuevos gastos. En Marussia esperan que la Fórmula 1 siga siendo rentable y no se convierta en territorio para unos pocos privilegiados: "Lo que quieren los aficionados es una competición directa, no una competición de gastos".

Lowdon revisa las prioridades de su escudería y sabe que el resto hará lo mismo, sobre todo si no son punteras. Hay que cumplir plazos, planes y previsiones, y lo más importante es que cuadren los números: "Es un desafío, porque queremos garantizar a los aficionados el espectáculo. Eso sólo puede ocurrir si un número de casillas están marcadas. Una de ellas es que la economía tiene que tener sentido para todos los equipos, no sólo para unos cuantos".

Aunque todavía no sabe si seguirán con Cosworth como suministrador de motores dado que la "regulación no está terminada" y "sería arriesgado sopesar nada en serio" a estas alturas, Lowdon trata de averiguar cómo será el futuro a medio plazo en su escudería, como la posibilidad de que continúen los V8: "Podría hacerse. Pero por lo que a nosotros respecta, el motor tiene que ser altamente eficiente, fuerte, potente y, por encima de todo, asequible", advierte a los fabricantes de motores.