A sus 32 años, María de Villota logró firmar en marzo un contrato como piloto probadora con el otrora equipo llamado Virgin Racing. A pesar de viajar con ellos a lo largo de todo el calendario, advierte que no es "un piloto reserva".

Su padre, el expiloto de Fórmula 1 Emilio de Villota, también dejó claro en su día, en marzo, que su hija no correría los viernes. Pero María no descarta hoy esa posibilidad, aunque en el camino tendrá otro escollo: el de obtener la superlicencia.

"Depende del equipo. Trato de hacer bien todos mis deberes para que estén contentos conmigo. Y creo que lo están”, asegura la madrileña. "Pero el coche es nuevo y los pilotos necesitan kilómetros para desarrollarlo. Así que es cosa del equipo".

María seguirá concentrada en su trabajo, igual de importante, aunque nunca perderá la esperanza de subirse a un Fórmula 1 en una sesión de un Gran Premio: "Con suerte ocurrirá pronto, pero lo que pase este año pasará. Quizá haya sorpresas, pero de momento tengo que hacer mucho trabajo con el simulador".

Mientras, María intenta hacer una predicción sobre quién ganará este mundial tan disputado: "Creo que McLaren es muy fuerte", asegura. En su mente, quizá, está la idea de hacerlo mejor que Giovanna Amati, la última piloto en participar en una sesión oficial de un Gran Premio de Fórmula 1. Fue en 1992 y no logró clasificarse para ninguna de las tres carreras en las que se presentó.