Sergio Marchionne, presidente de Ferrari, se muestra especialmente molesto con las políticas e ideas generadas por Ross Brawn, director deportivo de la F1. El italiano asegura que no tiene ningún problema con Chase Carey, presidente de Liberty Media, y está de acuerdo en que es necesario mejorar el espectáculo, aunque no cree que Brawn contribuya a ese objetivo con ideas como retirar a las chicas de la parrilla o dictando cómo deberían ser el chasis y los motores.

"Tengo una buena relación con Chase Carey. Nos vimos hace diez días y tuvimos un diálogo muy abierto. Lo que no me importa es cuando aparece Ross Brawn y anuncia que las chicas de la parrilla tienen que irse. Y cómo deberían ser los motores y el chasis, relata Marchionne a Speed Week.

"Se comporta como Moisés leyendo los Diez Mandamientos. Y cuando llamo al jefe de Moisés, él me dice que fue solo su opinión personal. Así que no quiero participar en ese discurso. Quiero sentarme y hablar con los involucrados. No es útil involucrar a los medios", afirma.

"Si esta es la Fórmula del futuro, Ferrari lo tendrá fácil para decidir su salida"

De ese modo, el italiano asegura que, de ser por él, se desprendería de todas las reglas que actualmente rigen el campeonato y vuelve a dejar claro que, de seguir así, Ferrari lo tendrá fácil para decidir su salida de la F1.

"Cuando escuché a Ross Brawn decir que los motores son demasiado complicados, me pregunto '¿Qué quiere él por 15 millones?'. Liberty Media tiene razón cuando dicen que tenemos que mejorar el espectáculo. No estaba entusiasmado con lo que se ofreció en la última carrera, en la que virtualmente no pasó nada durante 50 vueltas. Pero eso no es culpa de los motores, señala.

"En un mundo ideal, tiraría todas las reglas por la ventana. En cambio, recibimos sugerencias que llevarían a que todos los coches difieran solo en color. Si esta es la fórmula del futuro, entonces Ferrari solo necesitará tres segundos para decidir su salida", concluye.