El lunes se reunieron en Mónaco los equipos con Bernie Ecclestone y el presidente de la FIA, Jean Todt, para debatir, principalmente, la política de reducción de costes. Según la revista alemana Auto Motor und Sport, Todt anunció que la Federación está dispuesta a controlar severamente los costes como parte de la normativa de 2013 y más adelante.

Pero de las doce escuderías, sólo dos de ellas están claramente en contra de esta política: Red Bull y Toro Rosso, ambas propiedad de Dietrich Mateschitz. Los principales responsables de Sauber, Peter Sauber y Monisha Kaltenborn, criticaron duramente a Red Bull la pasada semana, denunciando que en la Fórmula 1 "a algunos no les importa si el deporte ni siquiera dura diez años". La situación es urgente para los equipos más pequeños, pues de no alcanzarse un consenso antes del 30 de junio, la regulación de reducción de costes no podrá instaurarse para 2013.

El accionista de Williams Toto Wolff se une a la causa de Sauber: "Ahora mismo gastan unos doscientos cincuenta millones de euros estimados por temporada", asegura sobre Red Bull Racing. "Así que el coste que el señor Mateschitz se ahorraría serán de cien millones de euros. Le haría un favor, pues su modelo de gastar ilimitadamente ya no tiene la misma ventaja con las actuales reglas. El resultado de las seis carreras debería convencerle", asegura Wolff.