La escudería Williams parece que ha conseguido lo que en su momento se les resistió a Adrian Newey y Red Bull, pues los de Grove han perfeccionado un diseño del británico que la Federación Internacional de Automovilismo consideró ilegal a mediados del año pasado.

El FW35 ha sorprendido a todo el mundo por ser un monoplaza creado al límite del reglamento, una muestra de la eterna lucha de los ingenieros por arañar décimas de segundo al cronómetro. Aunque sus escapes están en entredicho, los británicos sí han acertado con un sistema destinado a canalizar el aire de los conductos de los frenos delanteros.

Ese sistema recogería el aire de dichos conductos a través de un tubo estático, que desembocaría en las tuercas vacías de las ruedas delanteras de tal modo que el aire sería redirigido hacia la zaga del monoplaza. De este modo, Williams conseguiría acelerar el flujo de aire alrededor del neumático, disminuir el drag y, de paso, dirigir una cantidad superior de aire hacia los pontones, según explica el portal TheF1Times.

Esta solución no es totalmente nueva, pues Adrian Newey ya la probó en su RB8 el año pasado. Sin embargo, entonces fue declarada ilegal dado que la salida de aire rotaba con el eje delantero y sobrepasaba el límite aerodinámico permitido, de tal manera que se convertía, a ojos de la FIA, en un elemento aerodinámico móvil.

Williams, sin embargo, sí se ha cerciorado de que el tubo que canaliza el aire no rote en ningún momento con el eje, a la vez que se han asegurado de que la salida del aire esté al mismo nivel que la rueda.