Primero fue suministrar motores en la Fórmula 1. Hace ya muchas temporadas que, por medio de Ilmor, entraron en Sauber. Pero no fue hasta 2010 cuando se lanzaron a crear su propia escudería. Más tarde se dieron un tiempo prudencial para lograr los triunfos. Pero como estos no llegaban en la cuantía esperada, fueron escasas las victorias, se sabe que Mercedes amagó con irse del Mundial. Sólo la promesa de un cambio radical con la llegada de los propulsores híbridos y el acierto en el diseño de los mismos hizo que nos encontremos con el panorama actual. “Vamos a seguir en la F1 si el deporte se desarrolla de manera positiva”, ha señalado Wolff de entrada. Seguidamente pudo comentar, a nivel personal, como ve el panorama: "La situación es que me encanta lo que hago y quiero trabajar con las mismas personas con las que hemos logrado resultados fabulosos. Por el momento, vamos a negociar la renovación por otros dos años”. Dicen que a nadie le amarga un dulce y menos si llegan tan frecuentes. Así es imposible abandonar. ¿Lo haría usted?

La Fórmula E inició su andadura hace tiempo, quizás con más detractores que admiradores. Lo que para unos era positivo, homogenización máxima de todos sus componentes, para otros era visto como un hándicap. Esto último es lo que ha opinado Sergio Marchionne, responsable de Ferrari. Pero poco a poco, ahora ya lo son la caja de cambios y el motor, parece abrirse la puerta a que cada equipo pueda ir por libre de manera total, algo que agrada al de Maranello mirando al futuro. “Si esto fuera a suceder, no pasaría hasta dentro de unos años. Es posible que si llega a madurar esta nueva opción, Ferrari podría desarrollar un conjunto propio, algo que haría que ese coche fuera únicamente Ferrari”. Desde luego la fecha no llegará antes de la temporada 2018-2019, cuando las nuevas baterías de McLaren Tecnologías Aplicadas permitan que ya no se tenga que cambiar de monoplaza mediada la carrera. Quizás entonces vamos a ver lo que puede deparar esa nueva puerta tecnológica a fondo.

Y ya que estamos hablando de McLaren, hablemos de su devenir en la Fórmula 1. El ruido de tambores de guerra en las últimas semanas se ha intensificado más y más ante la posibilidad de mostrarle la puerta de salida a su máximo responsable, Ron Dennis. Resulta que la ejecutiva de la misma, había informado al británico de que ya no contaban con él. Por ello, éste habría acudido raudo y veloz al mismísimo Tribunal Supremo de Londres, aunque con resultado baldío finalmente, para tratar de evitar esta especie de ‘golpe de estado’ interno. El detonante pudo ser un consorcio de potentados chinos que avalarían al británico con 1.918 millones de euros, algo no del agrado del resto de la directiva. Y como a rey muerto, rey puesto, nombres de recambio para Dennis muchos, desde Zak Brown, el más probable sucesor, responsable de JMI, muy vinculada al mundo deportivo, hasta un antiguo gran conocedor de lo que se cuece por Woking, Martin Whitmarsh. Eso sin mencionar a Ross Brawn, que parece estar en el candelero últimamente, trío de ases muy potente. Este último, sin embargo, parece estar más cerca de entrar en las instituciones dirigentes del negocio que de asumir los problemas de un equipo en bajas horas.

Como ha sucedido en muchas ocasiones en la carrera del Gran Premio de Brasil llovió, cosa frecuente en aquella zona por estas fechas. Pero lo visto este año, la gestión por parte de los comisarios, fue acorde con el cielo, del gris plateado al más oscuro e intenso gris marengo. No hace falta decir que si los neumáticos de lluvia extrema no valen ni siquiera para llovizna, pues solo queda que escampe. Por tanto hasta la vuelta 29, solo una docena de ellas habían sido realmente disputadas. El resto fueron con el coche de seguridad como ‘líder’, incluidas dos banderas rojas. No es extraño que Niki Lauda opinase lo siguiente: “Eran condiciones perfectas para una carrera bajo la lluvia. Esto es un ejemplo de que todo está demasiado regulado". Seguidamente añadió algo que a todas luces quedó claro como el agua que precipitaba: “Creo que se han cometido errores hoy, así que necesitamos juntarnos con Charlie Whiting para hacerlo mejor en el futuro”. Pues tiempo ha habido y ningún aprendizaje ha llegado. ¿Igual necesito gafas?

Suele pasar que el que espera milagros, desespera con toda seguridad. Y no me refiero al que tiene en mente Whiting cada vez que llueve. Lo digo porque Max Verstappen ve en el reglamento 2017, la puerta para que algo así no vuelva a suceder tras lo visto en Brasil, es decir, que se pueda competir con agua. Todo gira alrededor del aumento de la carga aerodinámica en los monoplazas, como argumento también decisivo para mejorar las gomas. El joven holandés liga la combinación de más caballos de potencia y mayor downforce sobre el bólido para solucionarlo. Pero nada de eso influirá, llevamos años para corroborarlo, sin cambiar a fondo el diseño de las gomas, y sin esa adecuación, imposible evacuar lo precipitado sobre el asfalto. Luego Marc Surer resbaló nuevamente al confesar: “Creo que el caso Bianchi es un factor. La FIA está preocupada de que se les culpe de nuevo de un accidente”. No lo deben estar tanto, pues grúa de nuevo pudimos observar sobre la pista, aunque los coches fueran detrás del plateado SC.

Resulta incomprensible que en la Fórmula 1, el último equipo clasificado en el Campeonato de Constructores al finalizar la temporada, no perciba un solo euro. Es de pura lógica que una medida así, resulta una losa para la supervivencia del mismo, aún cuando han recorrido un extenuante calendario, intentando luchar con equipos que les superan escandalosamente en cuanto a su potencia económica. Este es el caso de la escudería Manor, tras la consecución de puntos por parte de Sauber en Brasil. Así la sombra de la quierbra monetaria de cara al 2017 pasa de Hinwill a Dinnington. De confirmarse lo anterior en la última prueba de Abu Dhabi, no les quedaría otra que buscar una pareja de pilotos que les aportase dos cheques bien provistos, cosa nada fácil de conseguir, que les insufle oxígeno (euros) en sus pulmones (arcas) bastante maltrechas. De nuevo suena Rio Haryanto, aún con lo visto en medio año, junto al joven Jordan King y al mexicano Esteban Gutiérrez como menú inicial.