Haas tendrá una larga noche de trabajo por delante en Sepang. Romain Grosjean sufrió un fuerte accidente en los segundos entrenamientos libres del viernes después de que uno de los neumáticos de su monoplaza se cortara al saltar la tapa de la alcantarilla de la curva 13. El francés no pudo evitar perder el control del coche e impactó contra las protecciones, suceso que hizo que la práctica terminara antes de tiempo al sacar los comisarios la bandera roja.

Los equipos tienen establecido un toque de queda durante el cual está prohibido trabajar en los coches hasta 11 horas antes del comienzo de la tercera sesión de libres. Con esto, se intenta que los integrantes de las escuderías puedan descansar y no trabajen en exceso durante la noche. Este toque de queda puede saltarse en dos ocasiones a lo largo de la temporada. En caso se sobrepasarse este límite, el equipo recibirá una sanción.

Debido a que el accidente de Grosjean fue causado por un factor externo al piloto o al equipo, la FIA ha permitido a Haas saltarse el toque de queda sin que cuente dentro del límite. El órgano de gobierno ha considerado lo ocurrido como un caso de fuerza mayor, pero aun así hay ciertas condiciones que la estructura estadounidense debe respetar.

El trabajo deberá realizarse exclusivamente en el coche de Grosjean, por lo que no podrán realizar cambios en el monoplaza de Kevin Magnussen. Además, las cámaras del parc ferme de los dos vehículos deberán estar activadas y descubiertas mientras los mecánicos realizan su labor. La FIA también autoriza a su delegado técnico para tomar las medidas que sean necesarias para que se cumplan estos requisitos.