El cambio de normativa técnica de 2017 unido a unos neumáticos más constantes ha tenido como consecuencia directa una mayor dificultad para adelantar, mayor dificultad para estar tras el piloto de delante.

Esto no solo se ha evidenciado a la hora de luchar por posición, sino también incluso a la hora de adelantar a un piloto que va a perder vuelta, donde como a finales de los 90 y principios de los 2000, si el piloto que va delante no quiere, la maniobra resulta casi imposible.

Como no podía ser de otra manera, esto ha generado situaciones tensas y provocado quejas de algunos pilotos, que, sin velocidad para entrar en la zona de turbulencias, cifrada por la propia FIA en tres segundos, sí pierden terreno con sus perseguidores.

LA FIA quiere que el piloto doblado sea avisado por radio cuando un rival se acerque a tres segundos, mientras que el piloto recibirá indicaciones en su cockpit así como señales luminosas y banderas de los comisarios cuando el rival se encuentre a 1,2’’, momento en el que éste deberá facilitar la maniobra de adelantamiento.

Esto supone una variación de dos décimas respecto a la anterior normativa, que obligaba al piloto a facilitar la maniobra cuando el rival se encontraba a un segundo. La FIA también ha avisado que este cambio de normativa puede sufrir variaciones durante el transcurso del Gran Premio.