El camino de Brendon Hartley hacia la Fórmula 1 dista mucho de ser una trayectoria habitual. El piloto neozelandés pasó por el Mundial de Resistencia (WEC), donde fue campeón en dos ocasiones y ganó la pasada edición de las 24 Horas de Le Mans junto a Porsche, antes de recibir la llamada de Toro Rosso para hacer su debut en el Gran Premio de Estados Unidos de 2017. Aunque el WEC y la Fórmula 1 son categorías bastante diferentes, hay aspectos que Hartley ha podido aplicar en el equipo de Faenza.

Durante su estancia en el programa LMP1 de Porsche, Hartley pudo ganar experiencia a la hora de gestionar los neumáticos y la gasolina, unos conocimientos que han ayudado a Toro Rosso a encontrar nuevos enfoques en este sentido. “Lo mejor de Brendon es que tiene una perspectiva diferente. La manera en la que tuvo que ahorrar gasolina, neumáticos y usar la energía supone una visión novedosa”, declaró James Key a Motorsport.com.

“Hay una serie de conocimientos valorables sobre lo que estamos haciendo que no hubiéramos encontrado de haber tenido un enfoque más estándar con un piloto de monoplazas. La tecnología es diferente y no hay transferencias técnicas, pero es cuestión del proceso por el que pasas y la forma en la que lo enfocas. Ha ido bien con Honda, pero también ha ido bien para el equipo tener esa visión única, añadió el director técnico de Toro Rosso.

Hartley hace énfasis en la importante restricción en el uso de gasolina que existe en el WEC, algo que puede beneficiarle en su trayectoria en Fórmula 1. “Creo que puede ser una ventaja porque estoy acostumbrado a ser muy eficiente porque estábamos muy limitados en cuanto a gasolina allí. Así que, si hay una carrera donde estamos justos de gasolina, puede suponer una ventaja. Trabajar en un proyecto así es valorable y toda experiencia es buena”, explicó el neozelandés.