El accidente mortal de Dan Wheldon en la carrera de la IndyCar celebrada el domingo pasado en el óvalo de Las Vegas ha vuelto a sacar a la luz el importante asunto de la seguridad en las pruebas automovilísticas. Muchos son los pilotos participantes de la categoría estaodunidense y ex pilotos de otras competiciones que afirman que Las Vegas Motor Speedway no estaba preparado ni diseñado para albergar una carrera de la IndyCar con 34 monoplazas en pista.

Uno de los pilotos que disputaron la fatídica prueba fue Tomas Scheckter, hijo del Campeón del Mundo de Fórmula 1 en 1979, Jody Scheckter. En declaraciones recogidas por BBC Radio Berkshire, el ex piloto de Ferrari ha asegurado que quiere que su hijo deje la IndyCar. "He querido que la abandone por un tiempo. Espero que lo ocurrido le haga darse cuenta de que hay más cosas por vivir. Realmente no vale la pena", señalaba Scheckter al medio de comunicación británico.

Sobre la categoría, el ex piloto sudafricano cree que la IndyCar es un deporte peligroso: "No es seguro. Es el más peligroso de los deportes de motor en la actualidad. Creo que el set up que configuran en los monoplazas puede ser más que un espectáculo y desencadenar en muy peligroso en circuitos como éste. Otros (trazados) no están tan mal", afirmaba Scheckter.

El campeón de 1979 ha asegurado que, desgraciadamente, el accidente mortal fue "inevitable" debido a los cambios para hacer de la IndyCar una competición más competitiva. Al mismo tiempo, añadía que los alerones que permiten una mayor carga aerodinámica ayudaron a aumentar la velocidad de los monoplazas. A parte de la configuración de los coches, Scheckter también ha señalado al alto número de participantes (34) como motivo de la masiva colisión.

"A penas hay diferencia de velocidad entre los buenos y los malos pilotos. Básicamente van tocándose las ruedas a 354 km/h. Todos se agrupan, así que hay 34 monoplazas en un espacio pequeño de la pista. Una persona comete un error y ocurren cosas así. No tienes que morir si cometes un error. Fue una locura. La F1 ya no es así y sigue siendo bastante emocionante", añadía Scheckter.

El ex piloto de Ferrari se encontraba en el hospitality del equipo de su hijo en el óvalo de Las Vegas cuando se produjo el fatídico accidente. En los primeros instantes, cuando se desconocía el nombre de los pilotos involucrados, Scheckter temió lo peor. "Esperé. Tenía el auricular por el que se oye su canal de radio y le oí decir 'alguién me ha golpeado por detrás', así supe que estaba bien después de todo". El ex piloto sudafricano conocía a Dan Wheldon muy de cerca. "Dan compitió con y contra mis hijos en Inglaterra en la Fórmula Vauxhall. Le conocíamos desde hace muchos años. Ha sido un piloto muy exitoso. Un chico lleno de vida. Esto es muy triste", añadía Scheckter.

LA SEGURIDAD DEL ÓVALO DE LAS VEGAS, EN ENTREDICHO
Pilotos, ex pilotos y profesionales del deporte de motor han argumentado que la seguridad en Las Vegas Motor Speedway no era lo suficientemente adecuada para las características de la competición, de los monoplazas y de los 34 participantes de la prueba.

El ex piloto de Fórmula 1 y de la IndyCar, Mark Blundell, ha afirmado que la pista no era la correcta para albergar una carrera de coches de tal potencia y velocidad. "Fue inevitable en muchos sentidos. Fue una receta para el desastre. Ese tipo de monoplazas no deberían estar en ése tipo de circuitos. Quince coches fueron eliminados, el 40% de la parrilla, y tuvimos una víctima mortal. Esto no es aceptable", señaló Blundell.

El también ex piloto de la Fórmula 1 y actual comentarista de la BBC, Anthony Davidson, ha asegurado que el accidente se debió a las altas velocidades que alcanzan los monoplazas de la IndyCar. "Tienes que mirar a la raíz del problema y la raíz del problema es que tienes coches de altas velocidades que compiten en carreras muy reñidas y ajustadas con los cockpits al descubierto. Tienes que preguntarte, ¿tienen que ir tan rápido? ¿los espectadores pueden ver la diferencia entre 400 km/h o 255 km/h? No estoy seguro", añadía Davidson.

El campeón de la IndyCar, Dario Franchitti, quién consiguió su cuarto título en Las Vegas, también ha confirmado los problemas de la carrera. "En cinco vueltas pude ver que la gente estaba haciendo cosas locas. Me gusta competir al límite pero para mi no se trata de eso, un pequeño error lo cambia todo. Ahora mismo estoy aturdido y sin habla. Un minuto estás bromeando y al siguiente te has ido. Él tenía seis años cuando lo conocí. Era un niño y luego se convirtió en mi compañero de equipo. Nos ponemos demasiada presión en ganar carreras y campeonatos, y eso hoy no importa", aseguraba Franchitti.