James Key se enfrentó a un exigente reto en las últimas semanas del verano de 2017. Honda rompía su relación con McLaren y,a su vez, anunciaban su nueva alianza junto a Toro Rosso. En principio, un cambio de aires para ambos bandos, aunque el acuerdo conllevaba un duro trabajo técnico para adaptar el propulsor a un chasis 2018 que ya llevaba semanas de desarrollo.

La temporada arrancó con un prometedor cuarto puesto de Pierre Gasly en Bahréin, aunque poco a poco han ido ocupando posiciones más lógicas para el nivel del equipo. Aun así, la fiabilidad ya no es una preocupación tan notable en Honda; incluso se han permitido el “lujo” de trabajar enfocados en el rendimiento del propulsor.

“Esta temporada está siendo una montaña rusa, de verdad”, afirma Jame Key, director técnico. “Por el momento no estamos contentos, pero puede haber muchos motivos. Cuando fuimos extremadamente rápidos, hicimos un buen uso del monoplaza, especialmente con Pierre en Mónaco y Bahréin pero no tuvimos consistencia. Definitivamente, algunas razones están en el chasis. Pero el problema es que este año, perder tres décimas por vuelta es suficiente para que los resultados sean inconsistentes. Puede significar la diferencia de entre un 10º y una 14º; incluso de quedar fuera en Q1. Nuestra temporada parece tener altibajos, pero cuando miras los tiempos, está muy ajustado”, continúa.

La estructura de Faenza ha pegado un evidente salto cualitativo con la llegada de Honda. “Las buenas noticias es que hemos podido enfocarnos en el rendimiento”, explica. “Estamos empezando a ver beneficios. Es la primera vez que el equipo tiene la oportunidad de ser una fábrica estable. Estás a cargo de una empresa muy grande que confía en su equipo de chasis y tiene que estar a la altura de esas expectativas. Todos supieron como mejorar su nivel”, añade.

"Perder tres décimas por vuelta es suficiente para que los resultados sean inconsistentes"

Por otro lado, Key comenta la metodología de trabajo con Honda; una marca que cuenta con importantes recursos humanos y económicos. "Pudimos tener conversaciones honestas. En nuestra primera reunión, por supuesto, hubo un poco de aprensión y estrés después de lo que Honda había pasado. Estaba claro que teníamos que dejar que comenzaran de cero, reorganizar su estructura interna, lo cual hicieron muy bien. Hubo algunos cambios organizacionales que ayudaron. Una gran carga de trabajo de una persona se asignó a dos personas diferentes, por lo que las tareas más complejas se pueden resolver con más facilidad”.

“Lo importante para Honda es que tienen muchos recursos, mucha potencia. Pero necesitaban un aire de renovación. También pudimos contarles nuestra opinión sobre la dirección que debería tomar su trabajo. Y como tienen muchos recursos, talentos, presupuesto de inversión, han podido reaccionar con bastante rapidez. Lo que hemos visto recientemente de ellos es su capacidad de reacción pero, más aún, los beneficios de su reorganización interna, que funciona muy bien. Tanto es así que ahora tienen la oportunidad de trabajar sin preocuparse demasiado por la fiabilidad. También noté un cambio en su confianza, que es mayor. Entonces, si continúa, es positivo, concluye.