La Fórmula 1 se ha convertido en una prueba de resistencia. Si el año pasado, equipos y pilotos se tiraban de los pelos por contar con cuatro motores para todo el año, los primeros síntomas de alopecia han aparecido en 2018 con la restricción a tres motores para toda la temporada. Es prácticamente imposible que todos los pilotos escapen de las penalizaciones en parrilla de cara al último tramo de la temporada. La exigencia mecánica es máxima y los motoristas no han pasado por alto este determinante factor.

Mercedes no ha querido arriesgar. Lewis Hamilton asegura que la estructura de Brackeley ha sacrificando rendimiento para obtener garantías de fiabilidad. Los alemanes son candidatos a revalidar ambos títulos, y sufrir penalizaciones a lo largo del año podría resultar fatal para cumplir con su objetivo.

Por lo que me han contado, se han ido un poco hacia el otro lado. Por eso Ferrari está en clasificación un poco por delante de nosotros y, en carrera, somos prácticamente iguales. El tiempo dirá si la fiabilidad es la misma”, afirma el Británico.

El vigente campeón pone en duda que todos los equipos lleguen al final con tres motores. Concretamente, Ferrari y Red Bull, apoyado por el propulsor Renault, han ganado un evidente rendimiento en pista que les ha acercado a Mercedes. Sin embargo, la fiabilidad puede jugar malas pasadas a estos dos equipos a lo largo del año.

“Hemos trabajando mucho para asegurarnos de que nuestra fiabilidad sea excelente. Parece que hemos perdido un poco de rendimiento para asegurarnos de que la fiabilidad es excelente. Algunos del resto han ganado rendimiento pero, ¿completarán la distancia? Por lo que quizás estamos sacrificando un poco de rendimiento para ganar resistencia”, concluye.