Esteban Gutiérrez ha vivido un año complicado. El piloto, una vez no se llegó a un acuerdo para continuar con Sauber a finales de 2014, se quedó sin ningún equipo al que poder ir, momento en el que decidió aceptar estar un año como tercer piloto de Ferrari para dar el salto en 2016 a Haas, un equipo que llegó con un proyecto sólido, y que de nuevo, como le ocurrió en 2014, se ha quedado sin un lugar donde competir.

A pesar del tiempo que Haas tuvo para preparar su entrada en Fórmula 1, no pudieron evitar los fallos típicos de una nueva etapa, con el inconveniente de que todos los problemas parecían concentrarse en el vehículo de Esteban Gutiérrez mientras el de Romain Grosjean rodaba sin problemas. Esteban apenas rodó en test y la situación no cambió en las dos primeras carreras, la primera por el accidente con Alonso, momento que aprovechó su compañero para marcarse las mejores carreras de la temporada consiguiendo incluso un quinto puesto, algo que marcó el devenir de la temporada y añadió presión sobre Gutiérrez.

“Fue complicado tener todo listo para los dos vehículos. Al principio de temporada las cosas empezaron muy lentamente en mi coche. Hubo muchas inconsistencias. Esto desembocó en una mala comunicación dentro del equipo sobre cual era realmente la situación y por qué sucedian ciertas cosas. Quizás yo no acabé de entender la situación.” explicó Gutiérrez en Autosport.

“Mi error fue creer que todo estaba bien, estar confiado en que todo estaba bien, centrado en las personas cercanas a mi. No es que hicieran un mal trabajo, pero había confusión y me centraba demasiado en los resultados. El tiempo fue pasando y cuando decidí preocuparme por mi situación en el equipo, era demasiado tarde. Traté de hablar con Günther Steiner, pero era demasiado tarde. añadió el piloto mexicano.

Tras el mal inicio de temporada con dos abandonos, Esteban Gutiérrez vio bandera de meta en 16 de las 19 carreras restantes, quedándose hasta en cinco ocasiones a la puerta de los puntos, pero sin lograr ninguno. Haas decidió no seguir confiando en el campeón de la GP3 Series de 2010, dando su asiento a Kevin Magnussen, que venía de conseguir siete veces más puntos que su compañero de equipo en Renault, siete puntos por uno de Palmer.