Romain Grosjean ha mostrado su enfado tras los problemas de frenos que su Haas desarrolló durante todo el fin de semana en Bakú.

El piloto galo no hizo declaraciones tras finalizar el último de los 13 clasificados en la carrera del domingo, aunque posteriormente reconocería a Canal+ Francia que en ningún momento tuvo la certeza de conseguir un buen resultado en la prueba urbana.

"No tuvimos la menor esperanza de éxito durante todo el fin de semana. Ahora tenemos que hacernos preguntas y encontrar respuestas", señala.

De ese modo, califica como "inaceptable" el hecho de no haber podido solucionar el mismo problema a lo largo de todo el fin de semana, lo que le hizo cuestionarse su propia seguridad.

"Es inaceptable el transcurso de las cinco sesiones del fin de semana, que el mismo problema del coche no pueda ser resuelto. En un momento tuve dudas sobre mi propia seguridad. La situación es simplemente peligrosa", concluye.