El GP de Mónaco quedará marcado en la historia como la carrera en la que el humilde equipo Marussia, que desembarcó en el mundial en 2010, consiguió puntuar por primera vez en su todavía breve existencia. El protagonista de dicha hazaña fue Jules Bianchi, quien llevó a su MR03 hasta la novena posición.

No obstante, a pesar del gran logro que supone dicho acto, el director ejecutivo del equipo, Graeme Lowdon, ha invitado a su formación a seguir trabajando para mantener el nivel. El directivo ha recordado que una temporada es muy larga, por lo que cualquier cosa podría suceder de aquí al final de la misma.

"Es una temporada larga y tenemos que seguir empujando toda la temporada. Sólo tienes que ver que en las últimas vueltas de 2012 perdimos la décima posición en el campeonato y podría haber cambiado de manera significativa el futuro financiero del equipo. El resultado es la demostración de que hemos mejorado el coche, pero lo hemos mejorado, esto no fue simplemente un resultado afortunado y eso es lo más importante".

Aun así, Lowdon ha destacado lo valioso que es para un equipo como el suyo este resultado, ya que ha costado media década poder alcanzarlo.

"La gente dice 'bueno, ¿por qué celebráis terminar entre los 10 primeros? Bien, lo celebramos porque no es una cosa fácil, ha llevado cinco años a todo un equipo para hacerlo... es sólo un reflejo de lo difícil que es este juego".

Además, el ejecutivo inglés ha señalado lo especial que es dicho triunfo para una formación tan pequeña, ya que su reducida estructura hace que todos se sientan parte de los éxitos que se obtengan.

"Lo que este resultado significa para nosotros, básicamente, es un avance. No hemos ganado una carrera, pero es un progreso. Lo que es bonito en un equipo pequeño es que cada persona sabe que ha contribuido a ese progreso. No hay relleno, tenemos departamentos de una persona para que sepan que han entregado algo que contribuye al resultado".

Como dato cómico, Lowdon ha reconocido que acabó la carrera exhausto, a pesar de que estuvo toda ella sentado y viéndola a través de los monitores.

"Es extraño. Un gran premio puede durar dos horas, ¡y no se te ocurre pensar que sentarte durante dos horas podría dejarte agotado por completo! Tienes que recordar que nosotros no manejamos los coches, somos tíos de mediana edad que se sientan y ven las pantallas de tele y sin embargo estás mentalmente exhausto”.

Por último, el dirigente de la escuadra rusa ha ensalzado la figura de uno de sus compañeros de trabajo, Dave Greenwood, cuya profesionalidad ha sido clave para poder evolucionar y mejorar.

"Tengo que decir que Dave Greenwood, nuestro ingeniero jefe, tiene una clase mundial, absolutamente de primera clase. Él está orquestando cosas allí con todos los demás, por lo que al final es un trabajo en equipo.Así que hay una gran cantidad de comunicación y mucha presión y mucho estrés porque este es un juego difícil. No es fácil", concluyó.