La satisfacción se apoderaba de Stefano Domenicali al finalizar el Gran Premio de Montmeló : "Hemos venido a España con el doble objetivo de avanzar en términos de rendimiento y para Fernando, mantenerse en contacto con los líderes de la clasificación de pilotos: esta tarde, podemos decir que hemos alcanzado nuestros dos objetivos. A partir de mañana, vamos a volver a pensar en el desarrollo de nuestro coche, porque aún no somos lo suficientemente rápidos como para luchar constantemente por el podio, que es la única opción si queremos estar en la pelea por el título".

Las palabras del máximo responsable de Ferrari se cumplieron en Montreal, donde Alonso, Hamilton y Vettel nos brindaron una emocionante carrera. Valencia, Silverstone y Hockenheim supusieron un bajón de rendimiento, maquillado por la inercia positiva de las últimas mejoras y las espléndidas actuaciones de Alonso en agua. El Gran Premio de Hungría devolvió a la cruda realidad a los italianos, que se vieron ampliamente superados en prestaciones por McLaren, Red Bull y Lotus.

Pat Fry, director técnico: "Ha sido un fin de semana muy difícil, en el que no hemos sido nunca capaces de pelear en igualdad con los mejores. Aún nos falta rendimiento y debemos trabajar incluso más duro en el desarrollo del F2012 si queremos seguir peleando por conseguir nuestros objetivos". La vuelta de vacaciones no mejoró la situación.

Tras el susto de Spa y la gran competitividad de Il Cavallino Rampante en un circuito tan especial como Monza, la Fórmula 1 aterrizó en Singapur. El monoplaza rojo ofreció la cruz en la clasificación y una cara esperanzadora el domingo. Felipe Massa declaraba al concluir la carrera: "El rendimiento hoy del F2012 fue sin duda muy diferente a lo que habíamos visto en los dos días anteriores: ¡parecía que estaba conduciendo un coche distinto!".

En Japón y Corea el trabajo en la fábrica italiana dio sus frutos, superando a McLaren en el Mundial de Constructores, pero incapaces de responder a las agresivas evoluciones de Red Bull.

El trazado de Nueva Delhi parecía el escenario clave para revertir la situación. Las pruebas aerodinámicas realizadas con anterioridad en el circuito de Idiada (Tarragona), apuntaban a grandes actualizaciones. El Ferrari vuelve a adolecer de velocidad en calificación y responde adecuadamente en carrera con Alonso dando una lección de pilotaje, aunque insuficiente para alcanzar a Sebastian Vettel, que sumaba su cuarta victoria consecutiva.

Pat Fry volvía a subrayar el talón de Aquiles del monoplaza: "Debemos mejorar el rendimiento de nuestro coche en clasificación y por ello estamos trabajando a toda máquina para llevar algunas mejoras a cada carrera hasta el final de la temporada. Si conseguimos ofrecer a nuestros pilotos las condiciones necesarias para salir en mejores posiciones en la parrilla de salida, entonces podremos meter presión a Red Bull".

El séptimo puesto de Alonso el sábado en Abu Dabhi supuso un jarro de agua fría en el box italiano, que veía una vez más cómo las nuevas piezas no surtían el efecto deseado. El grave error de Red Bull y la actuación estelar del piloto español "salvaron los muebles" y cerraba la brecha a sólo diez puntos del liderato.

Luca Montezemolo se expresaba en estos términos: "Me gustaría entender por qué las novedades que llevamos en la pista sólo mejoraron parcialmente el rendimiento del F2012, y no lo suficiente como para permitir a Alonso pelear por las primeras posiciones en la clasificación, a pesar de que las expectativas de nuestros ingenieros eran distintas".

Y para colmo llega Austin, un circuito debutante que puede convertirse en un clásico de la Fórmula 1 moderna. El scalextric americano conjuga bruscas pendientes (la primera curva parece un puerto de montaña), con constantes cambios de dirección y puntos similares a otros circuitos (como Silverstone, Estambul o Bahréin). Los giros de alta velocidad y los grandes desniveles podrían adaptarse a las características de Il Cavallino Rampante y su fantástico propulsor.

El túnel del viento de Red Bull es un vendaval de novedades mientras que Ferrari, a pesar de su extraordinario esfuerzo, suda 'tinta china' para incorporar actualizaciones.

La última Pole de McLaren debería servir de acicate a los ingenieros rojos, que pudieron comprobar de primera mano la 'mortalidad' de los toros de Christian Horner. Es hora de quemar todas las naves, que encajen las piezas del puzle y que por fin sople de verdad el túnel del viento. Alonso espera impaciente para 'rematar' la faena y conquistar un título que le haría entrar en el olimpo.

"Hemos traído varias mejoras a esta carrera que, en cierta medida, no han funcionado como esperábamos. Ahora debemos tratar de entender la causa y hacer algo rápidamente, porque ya no disponemos de mucho tiempo. Además, estos diez días que tenemos antes de las dos finales serán cruciales para preparar un Gran Premio que se disputará en una pista nueva para todos. Quien sea más rápido a la hora de adaptar su coche podría tener ventaja. Ninguno de nosotros quiere darse por vencido y todo es posible aún". Que Dios te oiga Pat Fry.