Nico Hülkenberg es el quinto piloto con más Grandes Premios disputados de la actual parrilla de Fórmula 1, no muy lejos de Pérez, Ricciardo o Grosjean. Incluso dependiendo de lo que ocurra finalmente con Raikkonen, el alemán puede pasar a ser el tercer piloto en este aspecto la próxima temporada, solo por detrás de los cuatro veces campeones del mundo Sebastian Vettel y Lewis Hamilton.

En su extensa carrera deportiva, no se le ha considerado nunca un piloto conflictivo ni uno que tomara excesivos riesgos, vitola que sí llevan pilotos como Romain Grosjean. Sin embargo, el pasado Gran Premio de Bélgica, el piloto de Renault cometió un error grosero de pilotaje, midiendo de forma nefasta la situación.

No es un pequeño error en la frenada que desencadena un golpe, ni siquiera un exceso de optimismo, como en el accidente que tuvo a Romain Grosjean como protagonista en este mismo Spa-Francorchamps en 2012. Simplemente, un error grosero de apreciación que el piloto admitió desde el primer momento.

Un error grande, pues no es que golpeara al piloto que tenía delante, sino que lo lanzó por los aires hasta el punto de que éste, pasó por encima de otro piloto, golpeando a un tercero y rompiéndole el alerón, que a su vez provocó que éste tercero se lanzase sobre un cuarto piloto, pinchándole el neumático y arruinándole la carrera. Un error que en una curva se cargó a cuatro pilotos, uno de ellos aspirante a la victoria en Spa.

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Y aunque la Fórmula 1 se empeña en repetir una y otra vez que se castigan las acciones, no las consecuencias, la realidad es muy diferente. Y precisamente en esta ocasión la acción fue suficientemente grave como para entender un castigo mayor.

La FIA se empeñó en explicar las diferencias entre el accidente de Grosjean en 2012, que tuvo una carrera de sanción, y la de este año, explicando que ahora hay licencia por puntos y que no es necesario un castigo tan grande, ignorando el espectro que recorren todas las variables desde las 10 posiciones impuestas hasta la carrera de sanción que tuvo el galo.

Y es que quizás en este caso, comenzar la carrera desde el pit lane hubiese sido una sanción que se ajustase más a la magnitud del error cometido, pues esto deja un baremo que puede llegar a ser muy bajo para fallos de este tipo.