Romain Grosjean se reivindicó en Montreal. Después de un duro inicio de temporada, el francés se subió al podio del Gilles Villeneuve y firmó una sólida actuación que ha hecho que los más escépticos se cuestionen si el rendimiento de Kimi Raikkonen es el óptimo o si por el contrario todavía no se ha aclimatado de nuevo a la categoría reina.

Raikkonen, de hecho, solamente ha sumado seis puntos en las últimas dos carreras y su ventaja sobre su compañero se ha reducido prácticamente a la mínima expresión. En Mónaco, 'Iceman' se negó a pilotar su E20 durante los primeros entrenamientos libres al no estar satisfecho con la dirección de su bólido. ¿Insubordinación? Eric Boullier resta importancia al asunto.

"Todo es parte del proceso de conocimiento entre el equipo y el piloto", matiza el jefe del equipo Lotus en declaraciones a la revista británica Autosport. "Hemos tenido dos pilotos nuevos en el equipo y cada uno tiene su propio estilo de conducción y sus características".

Así pues, episodios como el del Principado no son más que consecuencia del temporal proceso de aclimatación por ambas partes. "Todo es parte del proceso de aprendizaje", asegura. "Equipos como McLaren, Red Bull o Ferrari ya tienen una alineación de pilotos con la que están acostumbrados a trabajar".

No obstante, el joven Grosjean ya se encuentra a tan solo dos puntos del finlandés en el Campeonato. "Este año tenemos dos pilotos nuevos, uno es casi un completo debutante", dice en alusión al galo. "Y con Kimi sólo debemos tomarnos un tiempo para adaptarnos. Es parte del proceso de entender su conducción y hacer algunos ajustes para saber cómo podemos trabajar mejor juntos".

Sea como fuere, lo cierto es que a pesar de ser uno de los monoplazas más competitivos de la parrilla, el E20 no ha logrado todavía ganar un Gran Premio esta temporada. ¿Está enfadado Boullier por esta falta de resultados? "No hay frustración", sentencia. "Creo que debemos estar orgullosos de lo que hemos conseguido; sólo puedo dar las gracias por los esfuerzos de la fábrica y de los chicos. No hay frustración: es un nuevo ciclo, nuevos pilotos y sabíamos que no podíamos tener el estilo perfecto desde la primera carrera".

"Nuestro coche llegaba un poco más atrás que los otros, por lo que nos costó un tiempo que el paquete funcionara", explica en alusión a la situación de sus bólidos al principio del año. "Pero está bien tener buenas expectativas".