Mark Webber no podía creer el sábado que su compañero de equipo, Sebastian Vettel, fuera casi nueve décimas más rápido que él en la clasificatoria. Su cara era un poema, y en las declaraciones a la prensa aseguraba no entender el motivo de su lentitud. Pero al día siguiente, en la carrera, la situación no mejoró: mientras Vettel volaba en cabeza, él caía en picado al pelotón. Los cuarenta segundos de diferencia final en la línea de meta fueron como una bofetada que le decepcionó profundamente. Tenía que haber algún motivo, por hasta hoy no sabía cuál.

Helmut Marko, director deportivo de Red Bull Racing, puede tener la respuesta a las desgracias de Mark: "Webber tuvo algunos problemas con el chasis", asegura a la televisión alemana RTL. "Ni los neumáticos duros ni los blandos funcionaron realmente con él. El desgaste en sus neumáticos también fue significativamente mayor que el de Sebastian".