La estricta normativa sobre el número de componentes del motor que pueden utilizarse a lo largo de la temporada solo permite el uso de cuatro elementos durante las 20 carreras del calendario. Cuando se ha sobrepasado el límite este año, los pilotos han recibido un cúmulo de sanciones que les ha arrastrado al final de la parrilla. Por esta razón, un cambio realizado antes de tiempo puede ser determinante en la lucha por el campeonato del mundo.

Tanto Mercedes como Ferrari se encuentran en el límite de cuatro elementos llegando a un momento clave en la batalla por el mundial. Cualquier reemplazo podría llevar a uno de los candidatos al título a comenzar una carrera desde la parte baja, lo que podría costar una buena cantidad de puntos al perder tiempo teniendo que remontar superando a coches más lentos.

El accidente de Singapur hizo que saltaran las alarmas en Ferrari. La preocupación se centró en el hecho de que el motor de Sebastian Vettel podría haber sufrido daños como fruto del impacto y, por lo tanto, quedaría sin uso. La Scuderia confiaba en poder rotar los elementos hasta el final de la campaña para evitar las penalizaciones, pero cualquier rotura podría trastocar los planes.

Por suerte para Ferrari, la unidad de potencia de Vettel no quedó dañada tras el accidente de la salida en el circuito de Marina Bay, por lo que podrá usarse de nuevo en próximas carreras. Así, la estructura italiana podría librarse de unas penalizaciones que para Mercedes será complicado evitar. Esta gestión de componentes puede ser clave en la remontada del piloto alemán, quien tiene una desventaja de 28 puntos con respecto a Lewis Hamilton.