El rendimiento de Williams en clasificación era motivo de esperanza para que la estructura de Grove pudiera soñar con luchar por los puntos, pero la realidad fue totalmente diferente a la que esperaban en Mónaco. De hecho, la pesadilla que vivió Williams en el Principado comenzó incluso antes de la carrera, cuando los mecánicos no habían colocado las ruedas en el monoplaza de Sergey Sirotkin antes de darse la señal.

Por esta infracción, los comisarios decidieron sancionar a Sirotkin con un Stop and Go de 10 segundos. De esta manera, el piloto ruso tuvo que pasar por boxes y quedarse detenido durante el tiempo indicado sin que los mecánicos pudieran trabajar en el monoplaza, una penalización que comprometió por completo su carrera desde el comienzo.

Este fue solo el inicio de las múltiples desdichas de Williams en este Gran Premio de Mónaco. Lance Stroll sufrió un pinchazo en las vueltas iniciales de la carrera en la primera parte del circuito, por lo que tuvo que completar casi una vuelta con tres ruedas, con su consiguiente pérdida de tiempo. Así, los dos Williams quedaron doblados desde los primeros instantes de la carrera.

Además, tanto Sirotkin como Stroll tuvieron un paupérrimo rendimiento durante la carrera. Ambos pilotos necesitaron de varios pasos por boxes para mejorar su ritmo, llegando incluso el canadiense a marcar la vuelta rápida de la carrera cuando montó unos hiperblandos nuevos en una fase avanzada de la prueba.

Esta decepcionante carrera no hace más que enfatizar los graves problemas que sacuden a Williams esta temporada. La situación no podía ser más alarmante en un equipo cuyo rendimiento ha ido en descenso durante los últimos años, llegando a su máximo exponente este año. No parece que estos problemas tengan una solución fácil, por lo que es muy probable que esta pesadilla se extienda durante gran parte de la campaña.