La revolución que ha creado el nuevo concepto de coche de Ferrari demuestra que un cambio en los coches usados en los GPs sería popular. Aunque algunos no son muy partidarios de este diseño, su presentación quizás haya querido decir que los monoplazas actuales ya no son máquinas que inspiran.

De hecho, el intento que Ferrari ha realizado con este coche futurista es sólo una imitación de lo que están haciendo muchos otros equipos, que quieren recrear la magia de los coches del pasado, con ruedas más grandes y motores de 1000 cv, como en los años 80. En el Gran Premio de Italia 2014, el presidente de McLaren, Ron Dennis, ya hablaba de lo importante que es que la Fórmula 1 mejore su inversión en la imagen.

"Mi propio punto de vista es que deberíamos contratar a estilistas para que decidan cómo debería ser un coche nuevo de F1. Debería ser algo que un niño se muera por coger y adentrarse en él. Tiene que ser futurista", explicó Dennis.

El de Woking cree que la decisión de la Indycar de adoptar un aspecto nuevo para 2012 demostró el valor de la estética, incluso aunque el diseño de esa categoría no gustara a todo el mundo. "Mira la Indycar. Parece muy diferente a como era los coches hace tres o cuatro años. Tenemos que buscar hacer un coche de F1 moderno", añadió.

Una cosa en la que Dennis está de acuerdo es que cualquier cambio necesita una planificación larga y cuanto más sea la ventana de mejora, más radical podrá ser.

"Necesitamos objetivos prácticos cuando saquemos el F1 2020, para que nadie tenga miedo a nada. Ningún equipo de F1, fabricante de motores o de coches debería tenerle miedo a nada si es de gran alcance. Sabemos que tenemos que evolucionar hacia eso. No importa lo radical que un coche de F1 parezca en 2020 ni lo grande o pequeño que sea el motor", insistió.

Por otro lado, Dennis también sigue opinando sobre que los equipos pequeños necesitan autodisciplina financiera. Él mismo los anima a tomar nota de cómo gastan el dinero los conjuntos más competitivos. El mismo cree que el empuje para un límite presupuestario se rige por el propio interés de las empresas más pequeñas.

"La mayoría de los pequeños equipos, cuando discutimos con ellos en silencio y de forma racional, su argumentación de que los costes se deben controlar se basa en decir que si te imponemos una restricción en los costes a ti (a los grandes equipos), seremos más competitivos. El argumento suele centrarse en cosas que no han conseguido, en lugar de ahorrar dinero. La gente está compitiendo, nunca vas a ser competitivo tratando de imponer un control de costes a los que gastan tres veces más. ¿Cómo vas a hacerlos competitivos si quieres que gasten 67 millones de euros cuando estamos gastando más de 200?", finalizó Dennis.