Faltan apenas unos meses para que empiece la nueva temporada de Fórmula 1, un año en el que los dos pilotos de Toro Rosso, Daniel Ricciardo y Jean-Eric Vergne, lucharán de tú a tú para demostrar a sus superiores que están capacitados para tomar el relevo de Mark Webber en Red Bull si los de Milton Keynes deciden no renovar su contrato para 2014.

Pese a contar con más experiencia que su compañero, Ricciardo es consciente de que este año no ha ofrecido al mundo su mejor versión. "Mi talón de Aquiles ha sido que no he sido lo suficiente agresivo durante la primera parte de la temporada. Era lo opuesto a Grosjean en algunos aspectos, pero ahora creo que he encontrado el equilibrio adecuado para demostrar mi talento".

Sin embargo, como miembro del programa de jóvenes pilotos de Red Bull sabe que deberá soportar una presión añadida. "Soy consciente de ello y sé que mis objetivos para 2013 tendrán que ser más ambiciosos. No lo escondo: necesito y puedo obtener un podio. Iré a por todas para conseguirlo".

Pero para ello no únicamente necesitará de su destreza al volante, sino de un bólido más veloz que el STR7 de 2012, un coche que relegó a los de Faenza al fondo del pelotón. Afortunadamente para sus intereses, el STR8 está llamado a ser distinto. "Ya lo he visto y, cuando te fijas, ves que es muy diferente al viejo. Creo que será mejor que el que he conducido este año. Sea como sea, no será uno de esos coches que parecen una copia o una evolución del del año anterior", comentó en declaraciones a la revista italiana Autosprint.