Tras largos meses de negociaciones antes de que finalmente Renault completara la compra de Lotus, con los planes del nuevo coche ya en un avanzado estado, cambiar el motor Mercedes por el francés hizo que el equipo no pudiera mejorar al 100% su paquete en los plazos.

"Fue un desafío. No lo supimos seguro hasta fin de año, por lo que fue complicado. Tuvimos que cambiar la parte trasera del chasis y el plano de refrigeración y para hacerlo tuvimos un mes con mucho trabajo. No lo aprovechamos como quisimos. No tuvimos el tiempo que nos hubiera gustado", confirma Nick Chester para Autosport.

Chester confía en que el nuevo coche esté listo para los primeros test, que empiezan el próximo 21 de febrero. "Los chicos responden muy bien, ahora hemos pasado los crash test por lo que tenemos el coche homologado y estaremos en pista para los primeros test. No ha sido fácil y todo ha ido muy ajustado, pero es factible. El plan era increíble y aunque era muy ceñido y no ha funcionado a la perfección, lucharemos", añade el inglés.

Los problemas financieros de la pasada temporada de Lotus impidieron desarrollar el coche, pero consiguieron un podio en Bélgica con Romain Grosjean. Gracias a ello y con regulaciones tan estables, Chester asegura que el equipo se ha mantenido con la misma filosofía.

"No tenemos que cambiar la filosofía del coche, es muy similar. Hemos aplicado algunas características para hacer el coche manejable y que los pilotos puedan sacar el máximo de él. Lo hemos conseguido e intentaremos llegar lejos", finaliza.