El paddock de la Fórmula 1 está dividido sobre la agresividad de Max Verstappen durante el Gran Premio de Bélgica. Algunos aplauden sus batallas con Kimi Raikkonen, pues insisten en que son positivas para este deporte.

"Todo esto es bueno para Max porque las reacciones que recibe me recuerdan mucho a las de Ayrton Senna y a Michael Schumacher en el inicio de sus carrera", ha señalado Gerhard Berger, que fue compañero y rival de equipo tanto de Ayrton Senna como de Michael Schumacher. "Todos ellos tuvieron que hacer frente a las primeras críticas de los pilotos ya establecidos", ha añadido para la publicación alemana Auto Bild.

Otros, sin embargo, creen que Verstappen, de 18 años de edad, definitivamente fue demasiado lejos en Spa. "Max miraba por los retrovisores todo el tiempo, esperaba a Kimi para hacer un movimiento y luego frenó. Es peligroso, me recuerda a lo que Michael Schumacher hizo a Mika Hakkinen en Spa 2000", ha confesado Mark Webber para la publicación alemana Auto Motor und Sport.

"Él tiene el don de los dioses de las carreras, pero parece un poco a Anakin Skywalker, el elegido que no es capaz de resistir el lado oscuro de la fuerza", ha apuntado Leo Turrini, periodista cercano a Ferrari.

Tras la carrera de Spa, las declaraciones de Verstappen crearon aún más polémica. Desde Red Bull, su jefe de equipo, Christian Horner, bromeó con que el piloto debería mantener el nombre de su alojamiento en secreto este fin de semana, por si los aficionados de la Scuderia reaccionan.

Pero la leyenda de la F1, Niki Lauda, aseguró que le iba a pedir explicaciones al padre de Max, Jos, sobre la materia, mientras que el representante del piloto, Raymond Vermeulen, ha asegurado que ya habla con su cliente sobre lo sucedido.

"Desde luego, no fue el culpable del choque de inicio. Todas las demás acciones de Max son duras pero justas. Voy a hablar con él de la situación con Kimi en la recta Kemmel, pero él es joven y sin duda aprenderá de esta situación", ha explicado Vermeulen al diario alemán Bild.

Horner opina que todo esto es bueno para la F1, en particular, para las más de 80.000 personas que abarrotaron Spa-Francorchamps el pasado fin de semana. "Esto demuestra que los pilotos son los héroes de este deporte", ha insistido finalmente.