Tras el que debería haber sido un fin de semana de Gran Premio, en Bahréin se suceden las protestas, cada vez más violentas, en contra del sistema político del país, pero el gobierno está decidido a recuperar la normalidad, y ha dado instrucciones a las fuerzas para restablecer el orden de utilizar medios militares o "de cualquier otro tipo" para conseguirlo.

Bahréin debe decidir antes del 1 de mayo si cree que es posible reprogramar el Gran Premio para más adelante en el calendario de 2011 o si directamente, cancelan la carrera. Lo cierto es que la fecha tope está cada vez más cerca y las tensiones políticas en el país, lejos de calmarse, aumentan día a día.

Según publica Bloomberg, el precio del petróleo se ha disparado porque se teme que la situación de Bahréin pueda extenderse por Arabia Saudí, que podría enviar apoyo militar a Bahréin.

En parte, se teme que las revueltas contagien a otros países porque Irán ha manifestado su desacuerdo con Arabia Saudí y ha mostrado su respaldo a la mayoría chií de Bahréin.

Durante el fin de semana en que debería haberse celebrado el GP, miles de manifestantes se concentraban en la plaza de la Perla y en diversas instituciones gubernamentales.