Dicen que Estados Unidos es el país de las oportunidades. Los que pisan por primera vez su tierra buscan el sueño americano, una expresión usada por primera vez por el historiador Truslow Adams para referirse a que uno puede triunfar en Estados Unidos únicamente gracias a su talento y su trabajo.

El sueño americano de Sebastian Vettel comenzó el pasado sábado al conseguir una nueva Pole para afrontar su gran premio número cien. Pudo ganar el domingo para prácticamente sentenciar el título, pero Lewis Hamilton no lo permitió: tras acosarle durante algunas vueltas, el alerón trasero móvil y la interminable recta posterior del circuito de Austin hicieron el resto. Vettel no ocultó su malestar ("Increíble lo fácil que es adelantar en Fórmula 1", espetó por la radio), pero así fue: caía al segundo lugar.

Hasta entonces, ni siquiera cuando paró en boxes, el bicampeón no había abandonado el liderazgo en ninguna vuelta. Al alemán, acostumbrado a ganar arrasando, parece no saciarle el segundo escalón del podio. Su sueño americano se esfumaba, aunque el tricampeonato está prácticamente en su bolsillo al sacarle tres puntos más a Fernando Alonso.

EL CIRCUITO DE LAS AMÉRICAS

Animadoras en la pista, desfile ceremonial en la recta principal, sombreros vaqueros en el podio… Sólo puede ser Estados Unidos. Texas se ha preparado para recibir a la Fórmula 1 en su regreso de forma espectacular. Las casi 120.000 personas que vieron la carrera en directo desde el circuito confirman el éxito de la prueba en unas tierras en la que este deporte no goza de gran repercusión.

Quedan lejos las cifras de espectadores de Indianápolis (prácticamente el doble), pero hemos ganado un circuito mucho más interesante, original, completo y divertido. Adjetivos increíblemente utilizados para referirnos a un autódromo de Hermann Tilke, pero el arquitecto alemán parece que esta vez ha convencido unánimemente con su trabajo.

La rampa principal en la primera curva ha sido un buen punto de adelantamiento, una delicia para el realizador, que tuvo ahí tomas muy plásticas. Pero no fue el único punto caliente del trazado de Austin: las primeras eses enlazadas hicieron las delicias por sus zigzags endiablados, con ese característico colorido en las escapatorias (copiado de Paul Ricard, el primer trazado en usar dichos elementos visuales para delimitar la pista); la larga recta posterior, que ni siquiera es una recta como tal, sino una especie de tobogán ligeramente curvado que desemboca en una horquilla bien cerrada, al estilo Tilke, fue el lugar preferido para adelantar (zona de alerón móvil). Y la penúltima curva, cómo no, que puso de los nervios a prácticamente todos los pilotos en algún momento del fin de semana, con ese contraperalte que sacó de la pista a bastantes pilotos (la escapatoria asfaltada hizo que todos pudieran regresar a la pista).

Finalmente ninguna de las curvas que decían que se parecían a la de otros circuitos… se parecían a nada. Toda las curvas del Circuito de las Américas son únicas, tienen personalidad propia y no están inspiradas en ningún otro trazado. Y aunque en ningún momento tiene el carácter de Spa o Suzuka, Austin quizá es la pista más valorada de Tilke en el Siglo XXI (Sepang debutó en 1999). Pero, por encima de todo, lo que hace grande a un circuito es su público, como Fernando Alonso recalcó desde el podio. Y, en ese sentido, la bienvenida cálida brindada por los estadounidenses y el resto de vecinos norteamericanos (y sudamericanos) llegados hasta Austin fue un magnífico regalo para que la Fórmula 1 y estas tierras hagan definitivamente las paces.

MASSA, EL SACRIFICIO DE FERRARI

Ya desde la misma salida estaba claro que aquí no se le tiene mucho respeto por la tradición: la realización (a pesar de ser la misma que el resto del año) escogía una inédita toma aérea desde el fondo para mostrar al pelotón subiendo la primera rampa. Hacía años, quizá décadas, que no se veía la salida con una cámara frontal. Desde ahí, afortunadamente no hubo ningún accidente y pudimos disfrutar de todos los coches sobre la pista, que aderezaron la carrera con bonitas luchas y adelantamientos.

Fernando Alonso adelantó hasta el cuarto lugar, gracias al enorme favor de su compañero de equipo que, a escasos momentos de iniciar la carrera, aceptó romper un precinto de su caja de cambios para ser penalizado y permitir al español subir una plaza en la parrilla y, además, arrancar por la zona limpia, algo importantísimo en esta pista, cuyo asfalto se estrenaba este fin de semana. El brasileño realizó una impecable carrera y llegó cuarto a la línea de meta, demostrando que él también podría haber pisado el podio sobradamente, ganándose a su propio equipo y, también, a los fitosi: "Soy una persona honesta y siempre haré lo máximo para mi equipo; no creo que muchos pilotos hubieran hecho lo que yo", dijo el brasileño tras la carrera.

La jugada deja al asturiano con las mínimas esperanzas de llegar a Brasil con opciones de ganar el Mundial. Aunque el propio piloto es más optimista: "Llegaremos a Brasil con todas las opciones del mundo". El sacrificio de Ferrari dio sus frutos.

HAMILTON RECONQUISTA NORTEAMÉRICA

En la última carrera disputada en Estados Unidos hasta este fin de semana, en 2007, dos hombres tenían distintos objetivos: Lewis Hamilton, ganar la carrera; Sebastian Vettel, debutar en la Fórmula 1. Ambos lograron sus objetivos, aunque el pasado fin de semana, cinco años más tarde, ambos querían lo mismo, y sus caminos se encontraron esta vez en la pista de Austin.

La de Lewis Hamilton ha sido una de sus mejores actuaciones en las últimas temporadas. El propio inglés de McLaren se mostró muy satisfecho: adelantó en la pista a ambos Red Bull, pero reconoce que se vio favorecido por los doblados: "Sebastian se quedó bloqueado con uno y aproveché para meter todas las revoluciones y tirar como un loco". Las críticas hacia el piloto de HRT, Narain Karthikeyan, han sido muchas.

Christian Horner redujo la victoria del británico prácticamente a una anécdota: "Desgraciadamente la carrera dependió de un doblado que no supo usar sus retrovisores", declaro enojado el patrón de Red Bull. Vettel se descargó con la radio del equipo contra Narain: "Ofreció a Lewis un gran regalo", asegura el alemán. El de HRT se defiende: "Charlie Whiting nos dijo que no podíamos dejarnos adelantar por los líderes en la primera sección", asegura a Auto Motor und Sport. "Nos dijo que nos dejáramos adelantar desde la octava curva, y es lo que hice". Sea como fuere, Lewis aprovechó la ocasión y logró así volver a triunfar en Estados Unidos: "Gané en 2007, y volver a hacerlo delante de un público tan genial es muy especial", aseguró el de McLaren, que comparó Austin con pistas míticas como Monza, Spa o Silverstone: "Es una de las mejores pistas del mundo, quizá esté entre las tres mejores". Vettel se tuvo que conformar con el segundo lugar del podio

RBR, TRICAMPEÓN MUNDIAL DE CONSTRUCTORES

La rotura del alternador del Renault del RBR de Mark Webber puso nervioso al equipo. El mismo problema, otra vez: "Perdí la sincronización de la caja de cambios y el KERS; algo pasaba con la batería", declaró Webber. Aunque finalmente ni siquiera el abandono del australiano impidió al equipo austríaco convertirse de nuevo en campeón mundial.

El título de constructores de este año ya es suyo, y van tres consecutivos ("Sólo lo han logrado tres equipos en toda la historia", asegura Christian Horner). Ahora sólo esperan completar el doblete de 2012 con el título de pilotos en Brasil. Pero, desde luego, ni Fernando Alonso, ni Ferrari, ni Felipe Massa se lo pondrán fácil.

Tenemos un precioso fin de fiesta, un fantástico final de mundial, justo al término de esta misma semana. Un cierre muy especial que nos dará a un nuevo tricampeón. Un buen momento para decir adiós.