Antes que nada, cabe felicitar a un enorme Lewis Hamilton que ayer escribió una nueva (tercera) página en la historia de la Fórmula 1. Es triste que la carrera perdió la emoción en el liderato cuando el agua desapareció del trazado, ya que quedaba claro que ganaría un coche Mercedes. Sin embargo, la de ayer, fue una de las mejores carreras en mucho tiempo y en todos los aspecto.

Los comisarios estuvieron relativamente inactivos viendo los incidentes de carrera ayer. Para bien o para mal dejaron de influir en decisiones como el choque entre Felipe Massa y Fernando Alonso en la curva 1. Cuando Massa se retiró, Alonso dijo por radio: "no me pone muy triste la verdad", a modo de resumen.

El que no arriesga no gana, y eso hay que reconocérselo hoy a Williams, Lotus y Sauber, que arriesgaron con Valtteri Bottas, Romain Grosjean y Marcus Ericsson al calzar precozmente los neumáticos slicks. Acabaron abandonando los tres pilotos. Casualidad o no.

La pregunta que deberían plantearse en Toro Rosso ahora es qué vale más, ¿una cuarta posición de Max Verstappen o remontar 14 puestos como Carlos Sainz? Difícil papeleta para el Dr Helmut Marko principalmente, pero bendito problema claro.

No se acaba de entender tampoco que la FIA molestara a Bern Maylander con el Safety Car en dos ocasiones (y dos más de Virtual SC) para un riesgo inexistente en pista después de haber disputado los Libres 3 y la ‘qualy’ bajo las circunstancias vistas este fin de semana en Austin. Definitivamente la cordura no tiene espacio en la F1.

Lo mejor para el espectáculo ha sido que Hamilton ganara el mundial este fin de semana, en su primer match ball. De esta forma, baja la presión en las próximas 3 carreras de la temporada, lo que normamente es sinónimo de espectáculo.

Es una pena para la F1 que Red Bull no tenga un motor potablemente competitivo. Hoy dominaron la carrera mientras el COTA se mantenía mojado y qué hubiera pasado este año (e incluso en 2014) si llegan a tener motor Mercedes o Ferrari… Una pena por las horas de trabajo atrás de la aerodinámica.

Queda bastante claro que la F1 necesita nuevas normas. Pero no normas más simples o más complicadas, sino simplemente más claras. ¿Qué ocurre cuando llueve más de cierta cantidad? ¿Qué ocurre cuando el helicóptero no puede volar? (para esta última ya hay una clara, pero a veces no se cumple por razones turbias) ¿Cuándo es SC y cuándo VSC? ¿Se puede ir más lento que el máximo permitido por vuelta bajo el VSC? ¿Es importante tener limitados los juegos de neumáticos? O, al menos, tan ridículamente limitados. ¿Cuándo hay sanción, y cuándo no, en colisiones entre pilotos en pista?

El resumen del GP podría ser que gracias a la lluvia y la complicación climatológica hemos vivido una de las mejores carreras (y fines de semana) de los últimos años, donde pilotos y aficionados disfrutaron al máximo, pero ¿hacía falta tanta confusión para llegar a este punto? El secretismo de la FIA y los asuntos turbios de la FOM no llevan a ninguna parte, aunque la competición con coches igualados (por la lluvia o mecánicamente) sí.