El regreso del equipo Renault era algo necesario para la Fórmula 1. Siempre es bonito conservar las tradiciones y más si se habla de equipos que han sido hegemónicos en la historia del deporte más bello del mundo. Sin embargo, este regreso no ha llegado en forma de éxitos y alegría, lo ha hecho para rescatar la brutal deuda de 70 millones de euros deLotus y con naturales problemas de estructura. Entonces, a lo que se han tenido que dedicar es a remodelar aspectos de jerarquía y organización del equipo en este primera mitad de año.

Lo único que le falta a Renault ahora es organizar su alineación de pilotos. El problema es que parece que ni ellos mismos tienen demasiada idea de qué hacer. Un día creen que tienen a dos buenos pilotos de futuro, pero al día siguiente dicen que prefieren fabricar en sus filas al próximo campeón del mundo y piensan en tres o cuatro años vista. Por ejemplo, la semana pasada los franceses citaron que deseaban tener un piloto carismático de la talla de Lewis Hamilton o Fernando Alonso...

En sus filas tienen a Frederic Vasseur, que ha tenido muchísimo éxito en categorías como la GP2, o un ya experimentado Cyril Abiteboul. Eso se junta con un importante proyecto de inversión que parece dar todas las armas al equipo Renault.

Lo único que falta para esas armas es alguien que sepa disparar bien. Muchas son las posibilidades dentro de la cantera de Renault, dado que suenan nombres como Sergey Sirotkin, Esteban Ocon, Oliver Rowland, Jack Aitken, Louis Delétraz, Kevin Joerg o incluso Sun Yue Yang.

Pero realmente no se ve a ninguno de ellos como una gran estrella para 2017, a excepción de Ocon, claro, y más si se recuerda que hay muchos pilotos de muchísima calidad disponibles en Fórmula 1 ahora que los grandes equipos tienen todo cerrado.

Y casualmente a todos los han vinculado vía rumores con el equipo Renault: Sergio Pérez, Carlos Sainz, Valtteri Bottas o Daniil Kvyat son sólo algunas de las posibilidades de los de Enstone que parecen ser mejores pilotos y con más recursos que Kevin Magnussen o Jolyon Palmer.

De hecho, no sólo se ha hablado de que Sainz puede unirse al proyecto de Renault el año que viene, sino que lo haría con un fuerte patrocinio tanto de la compañía de telecomunicaciones, Movistar, que ya patrocina al equipo Yamaha de MotoGP como el banco español BBVA, que es uno de los más importantes a nivel mundial.

En ambos casos, Renault pintaría su coche de color azul para 2017, y ¿quién sabe?, quizá optan por conservar algo de su amarillo clásico. Es decir, la temporada próxima se podría ver a una joven promesa española en un coche de Enstone pintado de azul y amarillo... De algo me suena.

Pero para llegar a ese punto, primero hay que resolver si Renault se queda con ambos, o al menos, uno de sus pilotos. ¿Cómo hacerlo? Podría ser mucha más fácil de lo que parece, dado que existe una posibilidad de que Kevin Magnussen esté corriendo lesionado...

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Kevin Magnussen comparando sus dos manos en vistas de la cicatriz en la izquierda

LA LESIÓN

Hay un tema que ha ocupado mi mente desde que me percaté de su existencia en la pretemporada de este 2016, en Barcelona. Cuando fui a una rueda de prensa de Kevin Magnussen, vi una cicatriz en el centro de su mano izquierda.

A finales de 2015, el piloto danés y de por aquel entonces de McLaren, sufrió una aparatosa caída mientras entrenaba en bici y el resultado del accidente fue una mano rota. Magnussen decía en un tweet: "Me he roto la mano al caerme de la bicicleta. Mejor me quedo en las cuatro ruedas".

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Le pregunté si todavía le dolía (la mano) en esa misma rueda de prensa y extrañado, me respondió que no. Le volví a preguntar si de alguna forma podía lastrar su forma de conducir, pero también obtuve respuestas negativas...

Sin embargo, en todos estos meses no he podido parar de pensar que la forma de conducir de Magnussen está afectada por rotura de su mano. Teóricamente ya está sanada la lesión, pero siempre puede quedar un tendón lastrado, supongo.

Es por ello que era interesante ver si la mano izquierda de Magnussen afectaba en su conducción. Para así saberlo, había que comparar a Magnussen y Palmer en circuitos de curvas lentas, otros de curvas rápidas, con giros a derecha y con más giros a la izquierda.

Es decir, sería lógico que al mover el volante a la derecha, la zona exterior de la mano izquierda te duela si está dañada, dado que es el músculo que hace la fuerza para girar dicho volante, aunque si la curva es a izquierdas, es la zona más cercana al dedo pulgar de la mano izquierda la que hace la fuerza.

Además, se podría pensar que en curvas lentas hay que girar con más ángulo y más bruscamente el volante, lo que intensificaría el posible hándicap de Magnussen si todavía la lesión en su mano izquierda ha dejado cenizas sin apagar por completo.

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Aquí arriba tenemos una tabla original con el desglose de las 12 carreras disputadas en 2016, con el número de curvas totales por circuito y teniendo en cuenta cuántas curvas a derechas y a izquierdas hay en dicho trazado. Además, podemos ver en el sentido en el que se gira en las pruebas.

En las últimas dos columnas tenemos el duelo interno entre los dos pilotos de Renault y al que fue el más rápido el sábado y el domingo, aunque hay algunos matices de algunas pruebas que no nos dejan ver la realidad con claridad.

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Es por ello que hemos dejado en blanco el hueco en clasificación o carrera, cuando alguno de los dos pilotos, o ambos en algún caso, tuvieron algún problema y no lograron llegar hasta el final de la carrera. Además, como se puede creer que la lesión de Magnussen le afectaría más en curvas a derechas, hemos calculado el porcentaje de giros en este sentido en cada uno de los circuitos que la F1 ha visitado antes del parón veraniego.

Sin embargo, y como en la anterior tabla, no vemos ninguna tendencia clara. Dado que Palmer se impone en Australia y Magnussen lo hace en Gran Bretaña, en dos carreras con un porcentaje similar de curvas a derecha y con una constitución también muy parecida entre los dos trazados.

Es por ello que era importante intentar desglosar un poco más si cabe. Así que nos hemos centrado en tres circuitos. Austria, con muchas curvas a derechas y la mayoría rápidas. Mónaco, con muchas curvas a derecha y la mayoría lentas. Y Azerbaiyán (Gran Premio de Europa), que es el único circuito con sentido anithorario y con un 60% de curvas a mano izquierda.

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Es más, hemos diferenciado los tres sectores de cada uno de los circuitos y tenemos el tiempo de cada piloto de Renault en cada sector expresado en segundos. En color violeta, el tiempo más veloz entre Magnussen y Palmer. Vemos como en curvas rápidas a derecha en Austria no hay un claro ganador y las diferencias siempre son mínimas. Pese a ello, Magnussen sólo logra ser más rápido que Palmer cuando el porcentaje de curvas de derechas (%CD) es del 100% en el primer sector (S1).

Pero el tema es que las cosas no cambian en un circuito totalmente diferente como el de Bakú. No vemos que Magnussen se vea menos lastrado por una potencial lesión cuando las curvas son a izquierdas tampoco. De hecho, sigue siendo curioso que en Mónaco, Magnussen se imponga a su compañero de equipo en los dos sectores en los que hay más curvas a izquierdas...

Estos datos fríos me invitan a reconocer que a pesar de lo que podría haber pensado en pretemporada, Magnussen no está corriendo lesionado ni parece tener ningún tipo de rastro de su pasada rotura de mano de hace casi un año.

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