Nos hemos cansado de repetirlo durante los últimos años: si bebes, no conduzcas. Es una norma tan básica como inviolable y estamos convencidos de que a ti te lo parece, sin embargo, el dueño de este Alfa Romeo Giulia Quadrifoglio no debió pensar lo mismo cuando se puso a los mandos de su deportivo de 510 caballos en estado de embriaguez.
La potente berlina acabó estrellándose contra las barreras de hormigón de una autopista en Suiza y tal y como leemos en Autoblog.nl, el siniestro pudo acabar mucho peor. Tanto el conductor, un italiano de 46 años, como su acompañante salieron ilesos pese a que el primero perdió el control del coche cuando transcurrían por un puente y sólo la dureza de las citadas protecciones evitó malos mayores.
La peor parte se la llevó el Giulia QV que en su impacto frontal destrozó el radiador y varios componentes mecánicos además de su splitter delantero y otros valiosos componentes aerodinámicos. Recordemos que hablamos de un automóvil que en nuestro mercado supera los 80.000 euros y que está provisto de un motor 2.9 biturbo de 510 caballos de potencia que le permite pasar de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y alcanzar los 307 km/h. Queda demostrado que la potencia sin control, no sirve de nada.