La idea es acotar la prostitución en un barrio industrial en la periferia de la ciudad helvética. Para ello se han construido en un área industrial desafectada unos garajes adosados donde los clientes podrán acudir con sus vehículos y disponer de la suficiente intimidad.

El polígono reservado para estas prácticas, donde la velocidad se ha limitado a los 10 kilómetros por hora, ha sido adecuado con vegetación decorativa y luces tenues. Allí se reunirán de 30 a 40 prostitutas, para esperar y negociar con los clientes.

De esta forma, se trasladará esta práctica desde el céntrico barrio de Sihlquai, donde las protestas vecinales y los problemas de tráfico y orden público han promovido este referéndum popular, hasta los discretos "sexbox". Construidos en madera han costado junto al acondicionamiento general de la zona y según los datos de la alcaldía de Zurich unos nada desdeñables 2,1 millones de francos suizos (1.704.000 euros). Sin embargo este gasto se ha reducido respecto al presupuesto inicial aprobado por los ciudadanos, que era de 2,4 millones.

Parece ser que las trabajadoras del sexo, regularizadas en Suiza por unas leyes especiales, han recibido con agrado esta iniciativa, ya que les aportará mayor seguridad y unas instalaciones especiales donde podrán descansar y asearse, además de recibir asistencia sanitaria cuando lo requieran.

Las instalaciones se inaugurarán el próximo día 26 y ponen de relieve una vez más el pragmatismo suizo a la hora de resolver sus problemas ciudadanos.