Seguro que has oído en alguna ocasión hablar del coche de Steve Jobs o mejor dicho, los coches de Steve Jobs porque el carismático creador del iPhone, para muchos el invento del siglo, conducía un Mercedes SL 55 AMG sin matrícula de forma habitual pero no, no era el mismo.

Entre las manías de Jobs, la relacionada con los coches implicaba moverse a diario por Cupertino sin que nadie tuviera conocimiento de la matrícula de su vehículo. Así, una ley del Estado de California que otorgaba como plazo máximo para la matriculación de un coche los seis meses posteriores a su compra, le permitía al magnate tener siempre a punto su deportivo y siempre sin placas.

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Jobs no quería que nadie le cogiera la matrícula, y nunca mejor dicho, pero tampoco creáis que su manía de estrenar un coche exactamente igual cada seis meses le costaba tanto dinero como podría parecer. Los SL 55 AMG no eran comprados sino alquilados a una compañía a la que le eran devueltos al finalizar ese plazo estipulado de seis meses.

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Como puedes imaginar, semejante particularidad no tardó en hacerse popular entre sus seguidores y muchos de ellos no dudaron en imitarle algo que por otro lado, no supondría la menor sorpresa para una persona como él. Por este motivo, a partir de 2019, los californianos tendrán que matricular sus coches antes de retirarlos del concesionario, como sucede en países como el nuestro. En cualquier caso, esta curiosa historia siempre quedará para el recuerdo.