Como es tradición en fechas navideñas, la DGT ha iniciado una campaña especial para controlar el consumo de alcohol y drogas entre los conductores que durará hasta el próximo domingo día 17. Además se realizará simultáneamente en diferentes países de Europa, concretamente en 25, a través de la Organización Internacional de Policías de Tráfico –TISPOL–.

Durante estos días se establecerán diferentes puntos de control en todo tipo de carreteras y a cualquier hora, donde se realizarán más de 20.000 pruebas diarias de alcoholemia y drogas a los conductores que circulen por ellas. Además, desde la DGT se ha solicitado a los ayuntamientos de más de 25.000 habitantes para que se sumen a la campaña, con la realización de controles en sus zonas de competencia.

En esta ocasión se va a poner especial énfasis en los conductores que consumen también drogas, además de alcohol, los llamados policonsumidores. Y es que según Tráfico el 25% de las muertes en carretera en Europa están relacionadas con el alcohol. Además, un estudio realizado en 2015 por la DGT concluyó que 12 de cada 100 conductores circulaban tras haber ingerido drogas y/o alcohol.

Un estudio realizado en 2015 por la DGT concluyó que 12 de cada 100 conductores circulaban tras haber ingerido drogas y/o alcohol.

En 2016 más de 100.000 conductores dieron positivo en controles de alcohol y otras drogas. A estas cifras hay que sumar la de los controles que realizan las distintas policías locales y autonómicas. Además, según la memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología, el 43% –253– de los 589 conductores fallecidos y analizados por dicho organismo tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos. En el caso de los peatones analizados –167–, este porcentaje asciende al 32% –53–.

Hay que recordar que en el caso de las drogas la ley prohíbe conducir con presencia de éstas en el organismo del conductor, aunque están excluidas las sustancias que se utilicen bajo prescripción facultativa y con una finalidad terapéutica. Esta infracción se cataloga como muy grave está castigada con una sanción de 1.000 euros y la retirada de 6 puntos del carnet de conducir.

8 millones de conductores creen que los controles de alcoholemia se eluden con trucos