A principios de los 80, el fabricante francés Renault presento un modelo coupé de dos puertas y cuatro plazas llamado Fuego, el cual compartía numerosos elementos con el R18 de la época, como el chasis, la mecánica y el salpicadero. Su andadura terminó a principios de los 90, siendo sucedido por el Mégane Coupé.

Te contamos todo esto porque el Renault Fuego GTA Max ha vuelto a la actualidad y no lo ha hecho por una nueva generación que vaya a ver la luz próximamente sino más bien por un ejemplar de 1991 que está buscando nuevo dueño. En condiciones normales esto no sería una noticia, sin embargo, si atendemos al nombre que figura en los papeles del coche, la cosa cambia.

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Car and Driver

Nos referimos a un ilustre del futbol mundial, un futbolista que marcó una época y consiguió títulos importantes para su selección, como el Mundial de México de 1986, además de un campeonato nacional de liga para el Nápoles. Efectivamente, nos referimos a Diego Armando Maradona.

Al parecer, el ejemplar que tenemos delante de nosotros fue adquirido por “El 10” mientras este se encontraba en su etapa futbolística en Italia, mezclado con un periodo conflictivo en el que se le acusaba de posesión ilícita de drogas. Su compra se llevó a cabo en su país natal, es decir, Argentina y tras unos años en manos del astro de Lanús, cambió de propietario.

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Ahora, años más tarde, el coupé francés ha vuelto a aparecer, y en esta ocasión su propietario está pidiendo por él una cantidad cercana a los 20.000 euros. A cambio, el futuro dueño recibirá un ejemplar en perfectas condiciones, 67.000 kilómetros registrado en su odómetro y un motor de 2.2 litros con cuatro cilindros y una potencia de 123 caballos, permitiéndole alcanzar velocidades cercanas a los 200 km/h.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta