Cuando se estaba realizando la primera llamada trasatlántica de la historia, en Italia Pirelli estaba creando un nuevo neumático que recibió el nombre de “Stella Bianca”. Un neumático cuyo diseño se mantuvo hasta principios de los años 50 y que se utilizó incluso en competición, teniendo una despedida a lo grande cuando llevó a Alberto Ascari hasta la victoria en el Gran Premio de Italia equipado en las ruedas de su Ferrari 500. Ahora casi 70 años después Pirelli ha resucitado los Stella Bianca, pero con la tecnología de hoy para equiparla en los clásicos de la primera mitad del siglo XX.
Se trata de una novedad impulsada por fabricantes como Ferrari y su departamento Ferrari Classiche dedicada a los coches clásicos de la marca. El nuevo neumático luce idéntico al que era hace medio siglo, manteniendo su diseño en diagonal para mantener el mismo comportamiento que los coches clásicos que tenían antaño. Sin embargo ahora esconde nueva tecnología en su interior con nuevos compuestos que permiten garantizar la eficiencia, la seguridad incluso en condiciones de pista húmeda.
La esencia es la misma pero con las ventajas y garantías de los neumáticos de ahora en coches de hace más de 50 años. Por mantener se ha mantenido hasta el logotipo y diseño del lateral de las Pirelli de la época. En cuanto a las medidas se ha optado por la más común en los deportivos clásicos, 6.00-16.
La importancia de los Stella Bianca de Pirelli especialmente en los años 20 fue notable, nació como respuesta a las exigencias de deportivos y lujosos coches de la época como el Alfa Romeo 20-30 de 1921, Diatto Tipo 30, Itala 61, Lancia Lambda, OM Superba, Fiat 525SS y tuvo su laboratorio de pruebas particular en el automovilismo a más alto nivel donde recopiló una buena cantidad de información para seguir mejorando los neumáticos de Pirelli. Hoy se le sigue considerando el primer neumático moderno de la historia de la marca milanesa.
Especializado en el mundo del motor, la competición y la tecnología, Antonio Ramos Ochoa es redactor de Car and Driver. Se comenta que antes de bajarse del carro ya iba diciendo el nombre de los coches que iba viendo por la calle. Unos cuantos años después sigue hablando de una de sus pasiones aquí. Aficionado al Motorsport, el cine, videojuegos y la historia, incluso se desfoga de vez en cuando al volante de un kart o un simulador.
