Los coches de combustión interna, ya sea gasolina o diésel, tienen los días contados. Para 2030, la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo ha decidido elevar al 45% el objetivo de reducción de emisiones de dióxido de carbono en coches y furgonetas, según informa Europa Press.

De primera mano, esta reducción estaba propuesta al 15% en 2021 y para el 30% en 2030. La eurodiputada maltesa, Miriam Dalli, no estaba de acuerdo con estos datos y ha elaborado un informe para elevar el objetivo de reducción de emisiones de CO2 que ha sido apoyado por la Eurocámara.

Ahora es el turno de que la decisión sea ratificada por el Parlamento Europeo, pero se entrevé la posición del Hemiciclo.

Esta es una decisión que no ha sentado del todo bien a la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), quienes asegurar estar muy preocupados por la dirección tomada por la Comisión de Medio Ambiente”, advierte Erik Jonnaert, secretario general de la asociación.

Además, aseguran que “los consumidores simplemente no están listos para ser completamente eléctricos”.

La ACEA espera que el Parlamento vuelva a examinar la propuesta y ver si es realmente posible llevarla a cabo, puesto que una de las necesidades sería “garantizar una red de infraestructura de recarga suficiente".