Nos hemos acostumbrado a que los supercars protagonicen noticias un tanto indeseables, víctimas en muchas ocasiones de la irresponsabilidad de sus conductores, terminan encontrando un final prematuro y la historia que viene a continuación tenía toda la pinta de acabar engrosando esas páginas de sucesos.

Por suerte, la rápida intervención de la policía de Iowa, en Estados Unidos, evitó que en esta ocasión la escena terminara con una preciosa joya de la automoción reducida a un amasijo de hierros.

Los agentes dieron el alto a una mujer que conducía bajo la lluvia un Ferrari 488 Spider a 220 km/h —137 mph– en una carretera limitada a 112,6, es decir, a 70 mph. La conductora, sorprendida porque los agentes la detuvieran, alegó que no se había fijado en el marcador de velocidad y que no estaba habituada a manejar ese vehículo pues era alquilado y que no creía estar yendo a más de 100 mph –160 km/h–. Una velociad igualmente ilegarl y por tanto, un argumento que resultó cualquier cosa menos tranquilizador para los agentes que procedieron a sancionarla.

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La mujer del Ferrari circulaba por la I-35 al norte de Des Moines en un tramo muy reto y plano que hace que esta carretera sea susceptible de sufrir despistes al volante, algo que los agentes estaban vigilando cuando se cruzaron con el superdeportivo blanco. “Disminuya la velocidad, aparte el teléfono y abróchese el cinturón”, aconsejan los policías desde su cuenta de Facebook.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.