Greenpeace se ha dedicado a analizar los niveles de contaminación de las principales ciudades europeas durante el último año y sus conclusiones se han visto reflejadas en un informe denominado ‘Living. Moving. Breathing’ que ya está disponible y que deja en un lugar realmente comprometido a la capital española.

De las 13 ciudades analizadas, Madrid es la séptima ciudad de Europa en lo que a calidad de aire se refiere con una media anual de 44,54 micro gramos de dióxido de nitrógeno –NO2– por metro cúbico, un valor que se ha incrementado notablemente en 2017 con relación al año anterior y que exige “una regulación más estricta controla los vehículos contaminantes y penalizar a los que violen la regulación”, detalla el informe.

Semejante medición está muy lejos de los valores que reflejan ciudades como Oslo –Noruega–, Viena –Austria– o Bruselas –Bélgica–, aunque sigue siendo un valor muy alejado de los que presentan otras capitales como Moscú –66,91–, París –49,56– o Roma –47,08–. Para entender bien la clasificación sobre la calidad del aire que realiza Greenpeace es importante tener en cuenta que no sólo mide el dióxido de nitrógeno, sino también pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo en suspensión denominadas ‘P.M.’.

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Por otro lado el informe de los ecologistas va más allá de la calidad del aire que respiran los habitantes de las ciudades que han sido objeto de estudio, calificando así otros aspectos como el transporte público o la seguridad vial de sus calles, apartados en los que Madrid ha salido favorecida al igual que en el coste de la movilidad.

El ranking global sobre las principales capitales europeas de Greenpeace queda de la siguiente forma:

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